Después de meses intentándolo, el ministro Gabilondo
tuvo que reconocer que no había puntos de acercamiento suficientes para
lograr algo capaz de llamarse Pacto de Estado de educación. Algunos de
los participantes relatan que se trataba del ‘pacto del embudo’: el
gobierno socialista no cede un ápice y son el resto quienes deben
acomodar sus exigencias. Y es que las concepciones de la educación
socialista y liberal son radicalmente contrapuestas. Como el agua y el
aceite.
Los socialistas consideran que la educación es una obligación,
prerrogativa y responsabilidad del Estado, mientras los liberales
creemos que el papel del Estado es subsidiario respecto de la sociedad
civil y el individuo, que son los principales responsables de la
educación y la garantía de la diversidad ideológica democrática.
Sorprende, por tanto, ahora que el Partido Popular
ha obtenido una mayoría parlamentaria capaz de llevar a cabo grandes
reformas, que las patronales de la enseñanza concertada y privada, CECE y FERE-CECA, soliciten de Rajoy un Pacto de Estado educativo. Máxime cuando, simultáneamente, la CONCAPA (Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos) acaba de solicitar “con
urgencia una nueva legislación educativa que suponga un cambio
definitivo del sistema”. Es decir, una reforma legislativa en
profundidad: “la LOE y la LODE son a fin de cuentas parte del modelo
socialista de educación, que tras 20 años ha acabado con la escuela
pública y en general ha mermado la calidad en toda la enseñanza”.
¿Es que tienen las patronales de la enseñanza concertada alguna deuda con el PSOE por servicios prestados?
¿No han tenido suficiente con la legislación educativa socialista y les
han contagiado ‘el buenismo’ y un ataque del talante que tan poco
practicó el Partido Socialista? A mí, que me lo expliquen.
Fuente: Objetores.org.
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