Por Tomás de la Torre Lendínez.
En una entrevista de radio en una emisora local me preguntaron la semana pasada sobre las diferencias entre la izquierda y la derecha políticas. No entré en asuntos económicos. Coloqué mi opinión en la educación, que es el campo donde llevo trabajando toda mi vida como sacerdote en centros públicos impartiendo la asignatura de Religión.
Para mí, la izquierda es la corriente política valiente que cuando está en el poder legisla en materia educativa según sus presupuestos ideológicos, por ejemplo creando, dentro de la LOE actual, la asignatura de Educación para la ciudadanía, un verdadero modo de adoctrinar a los alumnos y de forma obligatoria.
Para mí, la derecha es la corriente política cobarde y melindrosa que cuando llega al poder se come las ruedas de molino que ha colocado la izquierda en el campo educativo y moral de la sociedad, como Educación para la ciudadanía, aborto, y otros llamados derechos sociales que son fruto de una filosofía materialista y marxista plena.
Ahora, el gobierno actual está mirando a un lado y otro para agradar a todos y mentir una vez más a sus votantes. La asignatura de Educación para la ciudadanía debe desaparecer de los centros docentes públicos y privados de un plumazo. Que se dejen de adaptaciones torpes de cortar y pegar. Lo afirmo y lo firmo convencido de lo que vivo todos los días en un instituto de enseñanza secundaria obligatoria.
Porque aquí, en la obligatoriedad es donde patina la dichosa EpC sustituyendo a los padres en la función educativa de crear los hábitos y actitudes morales y ciudadanas que deben tener sus hijos conforme van creciendo dentro de la sociedad.
Porque aquí, en la larga lista de padres valientes objetores que fueron tachados de apestados por una sentencia absurda del Tribunal Supremo para satisfacer al socialismo entonces en el poder. Ahora metidos en un paréntesis penoso y oscuro.
Porque aquí, en la valentía de un gobierno, el actual, es donde se juega quitar el juguete de la EpC del señor Zapatero, y dejar la hora para otras asignaturas más necesarias en la formación básica de unos jóvenes que se ríen de lo que les hacen estudiar y examinarse como si fueran algunas de las asignaturas troncales.
Porque aquí, en esa valentía de un gobierno, el actual, que aún no he visto poner en practica derogando la EpC, es donde se quita un problema para siempre, pues en caso contrario, cuando la izquierda llegue al poder volverán las golondrinas a situarse en el lugar del cuarto oscuro. Y volverán las polémicas, las objeciones y demás situaciones.
Desde aquí, le ruego al ministro de Educación, hombre sensato en otras cosas, que deje de marear la perdiz:
retire a EpC del curriculum antes de una semana, antes que en los centros se hagan los muestreos de horas lectivas para el curso próximo, antes que los votantes del partido popular se harten del pasteleo de la política educativa.
¡Sea valiente, señor ministro¡. La asignatura de EpC no es necesaria. Quítela hoy, mejor que mañana. Siempre será recordado cómo el que barrió esa basura al cubo de ídem.
Tomás de la Torre Lendínez.
Fuente: Infocatólica.
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