FECAPA anima a exigir que se retire el nocivo material que se distribuye entre alumnos de 0 a 5 años y que se establezcan mecanismos que garanticen a las familias educar en libertad.
REDACCIÓN
HO.- El Presidente de la
Federación Católica de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FECAPA),
Carlos Seco, denuncia que el
Ayuntamiento de Sevilla, cuyo gobierno de holgada mayoría absoluta
lidera Juan Ignacio Zoido (PP)
desde la debacle socialista en las pasadas elecciones municipales del 22 de
mayo, sigue ofertando a los centros
educativos un programa de educación para la salud que contiene entre sus
desarrollos un apartado dedicado a la educación afectivo-sexual:
“Estamos seguros de que esta oferta educativa
municipal responde a la inercia de funcionamiento impuesta por el anterior
equipo de gobierno. Pero ahora es a
Zoido a quien le toca parar esto. Dar marcha atrás, retirar este
programa de educación para la salud de la oferta educativa municipal, y
garantizar en lo sucesivo el derecho de las familias a educar a sus hijos
conforme a sus convicciones”.
Este programa de educación afectivo sexual se refiere, por ejemplo:
- Al proceso de adquisición de la identidad sexual, afirmando que
por “parte del profesorado, deben programarse actividades que tiendan a
compensar aquellas deficiencias con las que niños y niñas acceden a la
escuela, y que vienen por su pertenencia a uno u otro sexo ("En aras
a facilitar el proceso de adquisición de la identidad sexual, debemos
favorecer la discriminación entre lo que es porque así viene dado
(genitales masculinos o femeninos) y lo que es porque así lo quiere la
sociedad (características de género), relativizando en la práctica
pedagógica la asignación de estas características a uno u otro sexo
(juegos y juguetes, vestidos, adornos...)”.
- O que “a pesar de que los niños
y las niñas saben con toda certeza que son niños o niñas, no adquieren la
permanencia de su identidad hasta los cinco o siete años. A lo largo de
toda la primera infancia puede pensar que de mayores tendrán otra
identidad y que ésta depende de su voluntad. De forma que, por ejemplo, un niño de tres años puede creer que de
mayor será "una mamá".
- Asimismo, según este material,
"los padres y educadores sólo deben intervenir para que aprendan a no
masturbarse en público a
medida que van creciendo (indicándole expresamente que pueden hacerlo en
su habitación o en cualquier lugar privado, porque es una conducta privada
aceptable), cuando es muy frecuente y compulsiva, es decir varias veces al
día y que no la pueden evitar (descartando alguna infección o picor),
cuando la hacen siempre que tienen problemas (ayudándoles a afrontar los
problemas de manera eficaz) y cuando molestan a los demás niños o niñas
(enseñándoles el respeto hacia los otros). Lo importante es evitar las
amenazas y castigos, también el decirles que se trata de una conducta fea
y peligrosa. Si los padres tienen creencias religiosas en las que la
conducta de masturbación es condenada, tienen todo su derecho a
transmitirlas, pero no deben decirles a sus hijos que la masturbación sea
física y psíquicamente peligrosa, porque no es verdad. No se puede
instrumentalizar la ciencia para legitimar consejos basados en creencias
religiosas”.
- Otro ejemplo es cuando señala
que “los prepúberes tienen
suficientemente desarrollada la fisiología del placer como para que, si la
descubren, lleven a cabo conductas de autoestimulación o experiencias
sexuales con otros menores. La masturbación es la conducta sexual
que mejor expresa la motivación de placer, pero a veces lo buscan también
a través de juegos o experiencias sexuales bastante explícitas”.
“Por eso, pedimos a Zoido que retire este programa de educación
afectivo-sexual de la oferta educativa municipal. Y que garantice la
neutralidad ideológica en materia
educativa –señala Carlos Seco–. No venimos a que dicha educación afectiva sea
sustituida por otra de otro signo. Venimos a pedirle que ese tipo de educación se imparta cuando el alumnado haya alcanzado un
proceso madurativo suficientemente elevado como para entender lo que
significa la sexualidad, y que esa
sexualidad se explique conforme a las convicciones de las familias, que somos
los únicos que tenemos derecho a educar a nuestros hijos”.
Fuente: HazteOir.org.
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