Por José Castro.
Destaco y comento algunos puntos:
a) «Los suecos no podemos aceptar que el derecho a elegir el
mejor colegio para nuestros hijos esté reservado a quienes se lo pueden
pagar». Esta frase explica la tremenda hipocresía de nuestro sistema
educativo: mientras muchos se llenan la boca en defensa de las familias
más necesitadas, sólo las familias más ricas tienen real poder de
elección de centro. Sólo los más poderosos económicamente pueden elegir
un centro que no recibe fondos públicos o en el que, a pesar de
recibirlos, hay que hacer aportaciones a la Fundación del mismo con
objeto de sufragar los gastos reales ya que el concierto no lo hace.
b) «Todas las familias del mismo municipio reciben la misma
cantidad, da igual que su renta sea alta o baja. El cheque cubre al
menos el 85% del coste de la escuela. Se puede elegir la que más guste,
sea pública o privada. Cuestan casi lo mismo». Es decir, los suecos sí
que cumplen la norma de que la enseñanza obligatoria sea gratuita tal y
como establece nuestra Constitución y no que sólo lo sea si los padres
acuden a un colegio de titularidad estatal (todos sabemos que en la
inmensa mayoría de los concertados hay que pagar un plus).
c) Los padres eligen cole. «El bono escolar permite a las
familias elegir colegio con libertad ¡y obliga a nuestros centros
públicos y privados a competir y mejorar su servicio! Si los padres
optan por llevarse a sus hijos, su financiación se reduce. Muchos
vaticinaron que habría una desbandada hacia la privada, se equivocaron…
Solo el 10 por ciento de los colegios es privado». Es decir, los padres
eligen educación de calidad: si se la da la escuela estatal elegirán
ésta, si se la da la de iniciativa social la elegirán. No es un debate
público sí o no sino calidad sí o no.
d) «¿Por qué lo hicimos así? Porque teníamos mucho déficit
público y hubo que reinventar el estado de bienestar para salvarlo». Es
decir, parece que la primera razón no fue aumentar la libertad (debería
haberlo sido) sino un criterio de eficiencia económica. En el momento de
crisis actual, ¿no debemos apostar seriamente por aminorar los costes
de la escuela y por ello apostar por el cheque?
e) «Tenemos un currículum nacional, pero solo establece
objetivos generales; no dice cómo alcanzarlos, así que los colegios
tienen mucha autonomía. Y también los profesores, que no pueden dormirse
porque en Suecia los funcionarios públicos no gozan del privilegio de
tener el empleo asegurado de por vida. Los padres también pueden
asociarse en cooperativas y crear sus propias escuelas. Participan en
exámenes nacionales y, si tienen malos resultados, se les puede retirar
la licencia. Los colegios privados no pueden cobrar tasas adicionales».
Es decir, se da libertad para que cada centro se organice y pueda
responder a la demanda de los padres. No se asfixia a los centros con
una normatividad hasta la extenuación sino que se le marcan los
objetivos a conseguir: si lo hacen se les deja actuar sino pueden perder
su licencia y seguramente antes la demanda de los padres que buscarán
colegios mejores para sus hijos.
En conclusión, Suecia ha descubierto, al igual que Finlandia, que la
calidad se consigue aumentando la libertad: la de elección de los padres
mediante el cheque escolar, y también la de los centros para
organizarse y la de los profesores para desempeñar su trabajo.
Fuente: Blogs HO.
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