Silvia Palomino, 2.º de Periodismo
La asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC),
tras su aprobación por Decreto Ley del 3 de mayo del 2006, sigue suscitando no
pocos comentarios y debates tanto de partidarios como de detractores. La
reciente victoria electoral del Partido Popular en los comicios generales ha
devuelto la polémica sobre la necesidad de estudiar la citada asignatura, ya
que el programa electoral del PP tenía entre sus puntos un cambio de enfoque para
esta materia.
Para el presidente de la Asociación Católica de
Maestros de Valencia y miembro de la Junta Directiva de Valencia Educa en
Libertad, Federico Mulet, “esta asignatura tiene unos contenidos ideológicos que
pretenden otorgar al Estado la capacidad de la educación moral de los hijos en
cuestiones tan importantes como la afectividad” y añade que esto “corresponde exclusivamente
a los padres y en quien ellos van delegando”.
Aspectos tendenciosos
El asesor jurídico de CONCAPA, Alejandro López,
explica que, desde el Gobierno, se decía que era “una demanda social, pero no
es así” y añade que el Estado debe ser neutro. Según López, “este tema es
conflictivo y el Estado debe estar al servicio del ciudadano”. Asimismo, afirma
que no son pocas las editoriales que en sus manuales “explican aspectos
tendenciosos”.
Jesús Mª Sánchez, presidente de la Confederación
Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), pide que EpC
“permanezca en el currículum educativo”, puesto que la escuela “también educa en
unos valores mínimos que están contemplados en la Constitución y en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos”. En este sentido, Mulet asegura
que con las propuestas del PP “aún hay esperanzas de que cumpla su compromiso
de quitar esta asignatura o de sustituirla por otra donde se enseñe la
Constitución Española”, y añade que las horas dedicadas a estas asignaturas
deberían “ser utilizadas para mejorar la calidad de la enseñanza, especialmente
en las áreas instrumentales o de la lengua inglesa”.
Mulet afirma que el PP propone “un programa de calidad
en la enseñanza” y explica que “busca potenciar la excelencia en los alumnos a
través de una cultura del esfuerzo y la superación, que no premie el desencanto
y el abandono”.
Fuente: El
Rotativo (n.º
de diciembre de 2011, pág. 16).
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