Por Francisco Muro de Iscar.
MADRID, 12 Dic. (OTR/PRESS) - Cuando Rajoy presente de una vez su
programa tendrá que decir qué va a hacer para cambiar la (mala)
educación de este país. El corto plazo de España es preocupante, pero el
medio y el largo serán mucho más difíciles si no se actúa sobre la
calidad de la educación. Hay muchos datos que lo avalan. El principal
problema es el altísimo fracaso escolar, pero hay muchos más. España es,
por ejemplo, el país de la Unión Europea con más trabajadores
sobrecualificados, es decir aquellos que tienen un título universitario o
de FP de grado superior, pero ocupan un empleo por debajo de ese nivel.
Nada menos que el 31 por ciento frente al 19 de media europea. Eso
indica falta de puestos de alta cualificación y un modelo productivo
erróneo, pero también un desperdicio de recursos muy grave porque formar
a un universitario es muy caro -y lo pagamos todos con nuestros
impuestos- pero subemplearlos es mucho más caro, además de frustrante
para los afectados. También indica que nuestras Universidades no son
competitivas, están al margen del mercado laboral y de las necesidades
del país y ofrecen una formación de baja calidad en muchos casos.
Nos sobran universitarios y nos faltan estudiantes de FP. Según un
estudio del Ministerio de Educación habría que crear 200.000 nuevas
plazas de FP en esta legislatura para atender a las necesidades.
Desconfíen de que se vaya a hacer porque la desatención hacia la FP ha
sido histórica con independencia de quien haya gobernado. Aunque en el
presente curso la matrícula en FP ha crecido un 5,6 por ciento y ya
tenemos 611.000 alumnos -poco más de un tercio que estudiantes
universitarios, un disparate- es también la tasa más baja de la Unión
Europea: un 24 por ciento frente al 47 por ciento de ésta. Eso explica
también el fracaso de nuestros modelos educativo y productivo. En 2020
necesitaríamos el doble de titulados en FP de lo que hemos formado hasta
ahora. Imposible.
Y un tercer apunte que hace Fernando Becker -un nombre a seguir-
en el interesante número 2 de la Revista del Instituto de Estudios
Económicos. En España, dice, aproximadamente el 20 por ciento de los
estudiantes obtiene calificaciones del nivel más bajo, muy lejos del 8
por ciento de países como Finlandia o Corea del Sur, mientras que sólo
un 3 por ciento obtiene las máximas calificaciones, frente al 15 por
ciento de esos dos países. Y si hablamos de estudiantes repetidores a la
edad de 15 años, en España el porcentaje es del 36 por ciento y en
Finlandia del 5. Muchos ya habrán dicho: el dinero, la inversión en
educación. Pues tampoco. El nivel de gasto de Finlandia en educación es
similar o algo inferior que el de España. El dinero influye, pero debe
haber otros factores que influyan en una educación de calidad. Desde
Preescolar a la Universidad, y después, la educación en España exige
pactos, estabilidad, rigor y exigencia. Veremos que si lo conseguimos
alguna vez.
Fuente: Europa Press.
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