jueves, 27 de octubre de 2011

Demagogia educativa

Por Antonio Amate, secretario general de la Federación de Enseñanza de USO.
  
Sorprende y decepciona el mensaje transmitido por el vídeo sobre la educación que el PSOE está difundiendo en su precampaña electoral. Se titula "niño rico, niña pobre". 
  
Jugar a opresores y oprimidos, a malos y a buenos, cuando lo que apostamos es el futuro de nuestros niños y niñas en una cuestión tan sensible y compleja como su educación, no es tan solo hacer demagogia, es simplemente mentir al pueblo. Con el arte y la maestría de los mejores recursos audiovisuales y psicológicos, pero al fin y al cabo emitiendo información falseada con la intención de obtener alguna ventaja electoral. 
  
Enfrentar a las redes escolares en una guerra cainita no aporta nada nuevo ni nada bueno a la solución de los problemas que padece nuestro sistema educativo. Politizar el debate educativo hasta este extremo es un grave error. 
  
El video pretende sublimar y monopolizar con poca fortuna un objetivo esencial de la educación moderna como es el de "la igualdad". Hoy es universalmente aceptado por toda la comunidad educativa. Sin embargo, se olvida una vez más que el verdadero escalón que segrega al alumnado por motivos económicos sólo tiene una vía de solución: desarrollando plenamente la libertad de enseñanza y facilitando a todas las familias el acceso a la escuela que elijan para sus hijos, ya sea pública o concertada sin discriminación por razón de su nivel de renta. 
  
Son ya muchos los años que han transcurrido desde que, precisamente un gobierno socialista, iniciara la vía del concierto educativo en España. Y son demasiados años de ejercicio práctico los que avalan el poder decir con autoridad que la experiencia de la complementariedad de redes pública y concertada, con sus déficits, ha "progresado adecuadamente". Si la sociedad reclama algo en estos momentos, es que se desarrolle aun más esa complementariedad, que las administraciones faciliten opciones a las familias que desean escolarizar a sus hijos en el colegio de su elección. Hay muy buenas escuelas públicas y también concertadas. Mejorables muchas de ellas. La demanda de las familias es cada año como "la prueba del algodón", que no engaña y debería ser un factor al que los políticos concedieran más atención. 
  
Sorprende tan bien el canto del cisne ofrecido por el ministro Ángel Gabilondo en la recta final de su ineficaz mandato. Suspendido en la asignatura del Pacto Social y Político por la Educación, se ha transformado ahora en el "paladín" contra los recortes en la educación de algunas comunidades. Hay que tener descaro para olvidar tan pronto que el mayor recorte perpetrado a la educación española lo hizo su gobierno, sí, el de Rodríguez Zapatero, con el Real Decreto-Ley 8/2010 y que a resultas de aquel, se produjo una disminución general de salarios que afectó al personal de las Administraciones Públicas en torno al 5%, con especial incidencia en la paga extraordinaria de navidad del año 2010 y después en una nueva disminución de la masa salarial de este año 2011. Recortes salariales que se trasladaron, por el principio de la "homologación express" como "igualación a menos" hacia todos los trabajadores de los colegios concertados. 
  
Los problemas de la educación en la España moderna de hoy pasan necesariamente por un diagnóstico educativo serio y lo más alejado posible de la contienda política, por un tratamiento educativo y por un mayor protagonismo del profesorado, que es el colectivo esencial del sistema y con el que hay que contar mucho más para alcanzar cualquier mejora en la educación española. Lo demás es propaganda fácil y efímera. 
  

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