El filósofo Alfonso López Quintás pone el broche de oro en el I Congreso Cine y Educación, que ha concluido este domingo en Madrid.
REDACCIÓN HO.- El filósofo Alfonso López Quintás ha puesto el broche de oro al I Congreso Cine y Educación, que CinemaNet ha celebrado con gran éxito en la Universidad CEU San Pablo de Madrid:
se han superado los 200 participantes en un evento que también se ha
podido seguir en directo a través de Radio Exterior de España, y el
sábado por la mañana hubo que cambiar la sala donde se celebraba para
poder acogerlos a todos. En su conferencia de clausura, López Quintás ha
explicado cómo se aplica al cine el sistema de pensamiento que ha desarrollado. Ésta es, precisamente, una de las labores que realiza la Escuela de Pensamiento y Creatividad por
él fundada, y ha influido en la labor que llevan a cabo, en sus
respectivos centros, bastantes de los ponentes y participantes en este
Congreso.
Alfonso López Quintás comenzó su ponencia con una
referencia a la “emergencia educativa” que existe en este momento, y
que no es sólo cuantitativa (falta de conocimientos) sino cualitativa
(“se ha colapsado la forma de pensar”). Ante esta situación, “necesitamos urgentemente movilizar
todo lo que se hace en las aulas, convertir todas las áreas de
conocimiento en fuentes de formación humana”. Su ponencia ha concluido
volviendo a esta idea, cuando ha afirmado que “el cine nos ayuda a
pensar bien, a discernir qué es lo que construye y lo que destruye.
Ayuda, por tanto, a superar la emergencia educativa, y a abrir grandes
horizontes de auténtico humanismo”.
En relación con esto, ha
explicado que “cada hecho o serie de hechos hemos de verlos al trasluz,
adivinando las posibilidades de vida que en ellos se crean o se anulan,
se hacen fructificar o se agostan. Por eso, el espectador debe vibrar
con lo que ve y oye, recibirlo con actitud de transformación”. Y ha
añadido: “El arte de ver películas consiste, sobre todo, en descubrir la
razón profunda de los acontecimientos, la lógica que teje la trama de
los sucesos. Esta lógica suele resplandecer en las obras de calidad, que
resultan por ello aleccionadoras aunque muestren ciertos aspectos
negativos de la existencia humana”.
Sin embargo, para poder
analizar y descubrir todo esto en las películas, el profesor López
Quintás ha explicado brevemente dos de los ejes de su pensamiento. En
primer lugar, la realidad se divide en ocho niveles, cuatro positivos
(los objetos, los ámbitos creativos –incluidas las relaciones–, los
grandes valores y Dios), que exigen actitudes distintas; y cuatro
negativos, que “implican grados cada vez más agresivos de dominio”,
hasta dar muerte y mancillar la identidad del otro. Al sumergirse, por
el egoísmo, en los niveles negativos, se produce el vértigo, “un
movimiento espiritual que al principio encandila, promete todo, no exige
nada... Pero al final te lo quita todo” y lleva a la desesperación.
Puede ser a través de “la sexualidad desembocada, el poder, la
velocidad...” El movimiento contrario, de ascenso por los niveles
positivos, es el éxtasis: “Si soy generoso y encuentro una persona que
me atrae mucho, lo que yo quiero es encontrarme con ella para crear un
espacio de enriquecimiento. Vamos al encuentro, que tiene una serie de
frutos: energía, luz, entusiasmo, felicidad. Cuando nos olvidamos de
nosotros y nos abrimos al otro, encontramos la felicidad. Es un
movimiento espiritual que al principio te lo exige todo, y al final te
lo da”.
El filósofo ha ilustrado esto con abundantes ejemplos de películas, pero también desde la experiencia de la vida cotidiana.
“Miles de jóvenes –ha puesto como ejemplo– se preguntan ¿Cómo podemos
casarnos si no hay garantía de que el amor perdure? Garantías absolutas
no las hay en la vida humana. Ahora bien, una garantía bastante elevada
es que el amor sea auténtico. No os preocupéis por prometer amaros toda
la vida, preocuparos por amaros bien, con un amor auténtico, cada día.
La garantía de que el amor perdure está en el nivel de la opción
incondicional por los grandes valores”. Incluso más allá de eso, “¿cómo
es posible tratar bien al que me trata mal? Hay que dar el salto al
nivel religioso: pensar que todos provenimos de un Padre infinitamente
bueno, justo, bello, que nos ha creado a su imagen y semejanza. Nos dio
una dignidad tan grande que no la podemos perder aunque uno se empeñe en
ello. Por esa dignidad” se ama aún cuando no hay motivos.
Experiencias universitarias
La mañana del domingo había empezado con una mesa redonda,
en la que se expusieron distintas experiencias de trabajo con cine en
las aulas universitarias. De todas ellas, se sacó en conclusión la necesidad de un marco antropológico de referencia para el trabajo;
de tener objetivos claros y concretos, y de preparar bien las sesiones,
sin dejar nada a la improvisación, para que el diálogo no sea “una
charla de café”. Todo ello, evaluando después los resultados.
Gloria María Tomás, directora del Máster de Bioética de la Universidad Católica de Murcia, justificó que el cine es un instrumento educativo adecuado en el mundo universitario:
“Emplearlo es introducir un método existencial y fenomenológico;
aparentemente menos reflexivo, menos conceptual que los métodos
tradicionales. Pero que, en realidad, nos puede situar de un modo
atractivo, contemporáneo, natural, ante el hombre concreto y sus
preguntas implacablemente constantes y definitivas. Ahora bien, se trata
de saber elegir para aprender y enseñar a saber ver y dialogar a través
del cine”.
La relación educativa en torno al cine, en opinión de Juana Sánchez-Gey, de la Universidad Autónoma de Madrid, no es unidireccional:
“Los alumnos y los profesores llegan a clase para llevar juntos una
comunidad de investigación. Pero no vamos a charlar, llevamos unos fines
concretos. Es importante que haya un maestro o profesor como guía, como
mediador, como moderador; que sepa llevar el diálogo, no imponer
valores sino contagiarlos. Aprendemos cuando alguien nos ayuda a
descubrir aquello que ya sabíamos, o que sólo intuíamos“.
Toda formación tiene que formar parte de un horizonte de vida. Es una de las ideas manifestadas, en su intervención, por Ninfa Watt, periodista, profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca y crítica
de cine. “Y para eso, tengo que intentar ayudar a los alumnos a
conectar de forma coherente el mundo de los afectos, de la mente y de la
vida. Cuando pongo un fragmento de una película, buscamos un espacio de
experiencia compartida, un espacio donde se puede dar una experiencia
pedagógica. Para los jóvenes, el lenguaje visual es como una lengua
materna, pero que se les enseña a decodificar y comprender Si logro, de
forma abierta y no manipuladora, ofrecerles un espacio donde puedan
descubrir un valor, estoy favoreciendo que luego lo lleven a la
reflexión y la vida”. Y añadió: “Hay que pensar muchas veces las cosas
en frío para actuar adecuadamente en caliente”.
La última en intervenir fue María Ángeles Almacellas, profesora de la Escuela de Pensamiento y Creatividad y de la Universidad Internacional de La Rioja,
donde ofrece un seminario virtual sobre Cine y persona. “La universidad
no debe olvidar ni descuidar en ningún momento lo que constituye la
raíz, la misión de la universidad desde sus raíces: el compromiso
irrenunciable por la búsqueda de la verdad, y esto implica de forma muy
especial la búsqueda de la verdad del hombre”, ha afirmado.
Igual que otros ponentes a lo largo del congreso, ha rechazado que el uso del cine como instrumento educativo sea una manipulación o instrumentalización.
A la hora de usarlo, “no se puede olvidar que el cine también es arte”,
y que hay que tratarlo “con todo el rigor, respeto y admiración de una
obra de arte”; es “un espectáculo”, por lo que hay que intentar que la
labor con él sea “un espacio de solaz y deleite”; y, por último, es “una
industria que mueve enormes sumas de dinero”, así que otro objetivo ha
de ser “formar y afinar la capacidad crítica del alumno”.
CinemaNet
es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de valores
humanos, sociales, cívicos, familiares y educativos en el cine y a
través del cine. Por el momento desarrolla su actividad en Barcelona,
Madrid, Albacete y Valencia, organizando festivales de cine, cinefórums y
conferencias.
Fuente: HazteOir.org.
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