La directora segura que “el colegio y todas sus dependencias están abiertos" a madre e hijo y que la raíz del "problema" es que para la EpC "no hay alternativa posible".
REDACCIÓN HO y ACTUALIDAD EXTREMADURA.- El diario digital Actualidad Extremadura continúa publicando informaciones en relación con los hechos que originaron su artículo Protestas en el 'Luis de Morales': los niños objetores a EpC, 'castigados' en el patio con lluvia y frío, del que Noticias HO se hizo eco el pasado lunes. Hoy miércoles, detalla tanto el desmentido de los hechos por parte de la directora, como la reiteración en su denuncia por parte de la familia objetora.
En un nuevo artículo dedicado a este asunto, da cuenta de un comunicado remitido a ese medio por Margarita Cabrer, la madre objetora que denunció el trato 'discriminatorio' del que, a su juicio, viene siendo víctima uno de sus hijos en el colegio 'Luis de Morales' de Badajoz. A través de esa nota, Margarita reitera la denuncia. La directora del centro, en cambio, lo ha negado todo.
La madre reafirma su denuncia pública
"Ante el revuelo provocado al darse a conocer las circunstancias en que los objetores pasamos la hora de clase de Ciudadanía en el Luis de Morales, quiero decir que lamento si alguna persona ha realizado algún comentario de manera ofensiva hacia el equipo directivo del centro, es obvio que no puedo controlar lo que otras personas opinan", manifiesta la madre.
"Pero confirmo –añade– que es rigurosamente cierto que la biblioteca fue solicitada por mí en persona para permanecer allí con el niño haciendo los deberes durante la hora de EpC y que fue denegada por la directora".
Margarita Cabrer se queja amargamente del trato dispensado por la directora del colegio, Francisca Narváez, quien –según afirma– se niega a “permitir” a su hijo Andrés “utilizar la biblioteca para hacer los deberes durante el tiempo que dura la clase”. Cuenta que en septiembre pidió de forma expresa la utilización de ese espacio y relata que la máxima responsable del colegio le contestó “que ella no tenía potestad para ello, porque el que debía de decidir era el inspector de Educación”.
A la espera de la resolución del caso, Margarita dice haber acompañado a su hijo en el propio colegio cada día que en el horario de su grupo se incluye una clase de EpC. Pero, cansada tras tres largos meses de espera, decidió dar a conocer su situación a la opinión pública:
“Una veces sentados en unas escaleras y otras en el patio, a la intemperie, como un castigo, por lo que cansada de esperar una solución que no llegaba he decidido hacerlo público, aunque también soy consciente dando este paso de las represalias que puede sufrir mi hijo”.
También se queja del trato que recibe por parte del tutor:
“El tutor sale cada día cuando voy a estar con mi hijo y me hace firmar un papel donde se especifica que me hago responsable de llevármelo fuera del centro, cuando eso no es así, yo nunca he salido del colegio”.
Hace unos días –añade Margarita– “la directora se cruzó con nosotros cuando estábamos sentados en unas escaleras y en plan de mofa se dirigió hacia mí y me dijo que si no estaría enfadada por la situación, e incluso me llegó a recomendar que no me tomara las cosas tan a pecho porque iba a tener problemas de salud”.
La relación entre la madre y la directora del centro parece haberse deteriorado a causa de la persistencia de la madre en su negativa a que Andrés asista a EpC:
“Me llegó a amenazar de que, si seguía persistiendo en sacar al niño de la clase, tendría que llamar a la policía y yo le repliqué que estábamos ejerciendo un derecho, el de objetar, y que los tribunales aún no se han pronunciado sobre este conflicto así que mientras tanto si me obstaculizaba este ejercicio de libertad podría acarrearle problemas como funcionaria pública que es”.
En cursos anteriores, Margarita Cabrer había ejercido la objeción de conciencia frente a ese grupo de materias con otros dos de sus hijos en otro colegio de Badajoz, el ‘Rodríguez Moñino’. En ambos casos consiguió, tras muchos esfuerzos “y en circunstancias parecidas a las de ahora” –aclara– que les habilitaran un aula en la que permanecer mientras sus compañeros recibían esas enseñanzas.
La directora lo niega todo y la Consejería no quiere hablar del tema
Francisca Narváez, directora del C. P. 'Luis de Morales' niega la versión de la madre y también rechaza las presuntas amenazas, según recoge el diario digital extremeño en su artículo. Afirma que “el colegio y todas sus dependencias están abiertos a ambos, a la madre y a su hijo” y resalta que “ella, en ningún caso, nunca nos pidió el uso de la biblioteca”.
La responsable máxima del centro cree conocer la raíz del “problema”:
“La asignatura de EpC no es como la de Religión, donde se plantea una optativa; en este caso no hay alternativa posible y la madre sabe que si no va a clase se le suspende, aunque respetamos su derecho a tomar la decisión que estima más oportuna para su hijo, aunque en la asignatura, y para niños de once años, no se imparten cuestiones políticas sino lo que los profesores hemos explicado toda la vida, como la igualdad de género o la solidaridad”.
Y explica de esta forma la actuación del colegio:
“Es como si un alumno tiene que ir al médico, pues los padres tienen que firmar una autorización para su salida del colegio, pues aquí lo mismo, el tutor sale del aula y le da a su hijo, pero siempre teniendo que firmar un papel la madre bajo su responsabilidad”.
La directora, que lamenta que esta denuncia “empañe la buena imagen del colegio”, manifiesta haber puesto los hechos en conocimiento de la Inspección Provincial de Educación para tomar “las medidas precisas” al respecto.
También se queja de la pancarta colocada en el centro y que alude a la responsabilidad de la administración autonómica:
“Está puesta en el interior del edificio, fuera del horario escolar y sin nuestro permiso”.
La Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, a través de su gabinete de prensa, se negó a manifestar a Actualidad Extremadura su opinión sobre este conflicto y se remitió a la opinión de la directora del centro.
Fuente: HazteOir.org.
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