martes, 19 de abril de 2011

La honestidad y la objeción a EpC

Por María Menéndez.
 
Si ciertos sectores del ámbito social, político, jurídico, eclesial y educativo se esfuerzan en “eludir” ciertos temas sobre Educación para la Ciudadania, como
  • la realidad de los objetores,
  • el adoctrinamiento en la escuela,
  • y la capacidad que se le da a esta asignatura para construir una nueva mentalidad en los futuros individuos de una posible y nueva sociedad,
NO es por miedo a una denuncia, al “que dirán”, a no ser tolerantes con lo que piense otro, … sino por el miedo a ser honestos consigo mismos y sus conciencias.
 
Por el miedo a ponerse en primera fila por seguir los dictados de su conciencia.
 
Lo más práctico (y cobarde) es seguir los dictados de la mayoría, del “sentido común”, del cálculo (no del pálpito), de la oportunidad política, …
 
Existe una censura velada de todo lo que incordia, aunque esto sea lo más honesto y lo más justo.
 
Los nuevos valores de esta nueva sociedad emergente son la corrección, el talante, el oportunismo y que lo mayoritario y lo legal sean lo moralmente correcto.
 
Dice lo “políticamente correcto” que ahora lo acertado es dar otro contenido a Epc, servirse de lo que ya está impuesto y dotarlo de otro contenido.
  
“Sin embargo, cambiar una ideologia por otra NO supone necesariamente un progreso, porque el verdadero enemigo está en la creación de una mentalidad 'gramofónica' repetitiva, tanto si se está como si no de acuerdo con el disco que suena en aquel momento” (George Orwell en el prólogo “La libertad de prensa” de Rebelión en la Granja).
 
Yo seguiré por el camino que me dicta mi conciencia y ésta me dice que rompa el gramófono, no que cambie el disco.
 

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