Por Padre Objetor.
La vida política y económica española está convulsa. Muchos quisiéramos que los cambios políticos restablecieran las libertades que nos han sido arrebatadas o cercenadas durante estos últimos años. Pero no debemos engañarnos.
El movimiento de padres por la libertad que hemos tenido que recurrir a la objeción de conciencia sabemos de primera mano que la conquista o reconquista de las libertades no puede fiarse al ámbito político. Tampoco al eclesiástico. Ni siquiera al educativo.
Somos los individuos, las familias, las asociaciones, la sociedad civil, quienes hemos de reivindicar nuestros derechos y mantenernos ante el poder político de forma vigilante.
Durante estas últimas fechas hemos comprobado cómo algunas causas por las libertades se han ganado con el concurso de las asociaciones y particulares que han puesto toda la carne en el asador movidos por un insobornable sentido del deber, de la justicia y del bien.
Ojalá que este tenue despertar de la sociedad civil que reivindica sus derechos sea un camino sin retorno. Solo así podremos poner en su sitio a un Estado que, carente de contrapeso, tiende a expandirse a costa de las libertades individuales.
Fuente: Diario de un Padre Objetor.
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