El nuevo objetivo del laicismo: intentar que la Iglesia no pueda elegir a los profesores.
La legislación margina a los profesores de Religión en horas lectivas, equiparación laboral y salarios; mientras numerosos directores, inspectores y compañeros de claustro los agreden y acosan. Muchos centros ubican la asignatura en las peores franjas del horario escolar y la dejan sin alternativa; ya no es evaluable por ley y no faltan asociaciones de padres, de la escuela pública, que envían cartas a las familias pidiéndoles que no matriculen a sus hijos en Religión. Ahora, se quiere negar a la Iglesia su facultad de elegir a los docentes que impartan la materia. Es la «agresiva estrategia de acoso y derribo» que mantiene el laicismo anticristiano contra la clase de Religión católica
«La asignatura de Religión está padeciendo una agresiva estrategia de acoso y derribo. ¡La libertad de enseñanza y la misma libertad de conciencia están en peligro!» Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, denunciaba de este modo, hace unas semanas, la crítica situación que padece la asignatura de Religión católica en nuestro sistema escolar.
Ofensiva total
La ofensiva de la Administración afecta a profesores, alumnos, padres y a la situación legal de la asignatura, y responde, en palabras de monseñor Munilla, a una «estrategia del laicismo anticristiano», que busca la expulsión de esta asignatura de la escuela pública, e incluso del currículo escolar. ¿El último paso? Expropiar a la Iglesia su capacidad de elegir a los docentes que impartan la asignatura.
Como explicó monseñor Munilla en el Fórum Europa, de Bilbao, «se empieza por poner todo tipo de palitos en las ruedas al estatus de la asignatura (evaluable o no evaluable; troncal o secundaria; con asignatura alternativa o sin alternativa; en horario escolar o extraescolar; etc.); se sigue por reivindicar su exclusión del sistema público de enseñanza, en nombre de una malentendido concepto de escuela laica; y se terminará -a medio plazo- por forzar su salida de la enseñanza privada concertada».
Razones no le faltan: las reformas educativas de las últimas leyes socialistas (la LODE, la LOGSE y la vigente LOE), y algunas normas autonómicas como las aprobadas por Andalucía y País Vasco, han eliminado la alternativa a Religión, han hecho que no sea evaluable (o sea, que no compute para la nota media), han recortado horas a los profesores y han posibilitado que los centros pongan esta clase a última hora (para que los no matriculados se puedan ir antes), o a primera, para que los matriculados tengan que madrugar más. Además, la Asociación Profesional de Profesores de Religión de Centros Estatales denuncia que algunos centros y asociaciones de padres de alumnos se dirigen a las familias por carta para pedir que no matriculen a sus hijos en Religión.
Un intento absurdo, pero real
Además de estos ataques contra la materia, los docentes, los alumnos y las familias, el caso de la ex profesora de Religión doña Resurrección Galera ha sido utilizado para intentar privar a la Iglesia de su derecho a escoger docentes que compartan los principios de la fe que han de enseñar, desde lo que estipulen las diócesis. Galera fue profesora de Religión en la diócesis de Almería hasta 2001. Tras casarse por lo civil con un divorciado, la diócesis decidió no renovar su contrato. Insistimos: se trata de una no renovación, no de un despido. Sin embargo, la profesora llevó el caso a los tribunales, y tras un periplo por distintas instancias, incluido el Constitucional, el Juzgado de lo Social exige ahora al Obispado volver a contratarla. La diócesis ha anunciado que recurrirá la Sentencia, pues, como explicó el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, «no se puede imponer que la Iglesia tenga que contar necesariamente, para enseñar Religión, con una persona ideológicamente en contra del dogma cristiano». Dicte la Justicia lo que dicte, el precedente mediático servirá de ariete para quienes se oponen a la legitimidad de la enseñanza de Religión en la escuela, avalada por el artículo 27.3 de la Constitución e incluso por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
A pesar de todo, la mayoría elige Religión
Lo más llamativo de esta ofensiva contra la clase de Religión es que choca frontalmente con la demanda de las familias. Si bien las reformas legales han hecho mella en el número de matriculados, sobre todo en Bachillerato, en el curso 2010-2011, el 71% de los alumnos escogen Religión. O sea, 3 de cada 4. Según el tipo de centros, el porcentaje es del 99,2% en la escuela católica; del 62,7% en los de titularidad estatal; y del 69,6% en los centros concertados no católicos. Por tramos de edad, el 77% de los alumnos de Infantil cursan Religión; el 80% de los de Primaria; el 58,9% de los de la ESO; y el 42,7% de los de Bachillerato.
José Antonio Méndez.
Fuente: Alfa y Omega.
Francamente no entiendo que tiene de malo el simplemente prescindir de la educacion religiosa en las escuelas. Para que? Es demasiada asignatura el estudiar todas y cada una de las religiones existentes cuando en su mayoria se contradicen en el precepto de amar a dios. Todas quieren una exclusividad.
ResponderEliminarSi se va de la religion catolica... es la misma charada. Acaso en la educacion publica enseñan islamismo, hinduismo, cienciologia y demas? No. Acaso tenemos que tener algun respeto por alguna religion en particular como para volverla una asignatura debida? No.
Menos mal que estamos dejando atras viejos dogmas y avanzando aunque sea poco a poco.
Salut!