Diego Francesch.
A pesar de la implantación obligatoria de Educación para la Ciudadanía en el curso 2008-09, los alumnos españoles de 2º de ESO no destacan por su competencia cívica y ciudadana, según el informe ICCS de 2009 que se publica ahora.
A pesar de la implantación en España del área de Educación para la Ciudadanía a partir del curso 2008-09 en 5º y 6º de Primaria y en 2º y 3º de la ESO, los alumnos españoles de 2º de la ESO no destacan por esta competencia en el Informe ICCS 2009 (publicado en 2010). Los resultados españoles (505 puntos) se encuentran ligeramente por encima del promedio ICCS (500), teniendo en cuenta que los países están en un rango cuya diferencia no excede, en general, de unos 75 puntos por encima o por debajo de la media. En este sentido, la diferencia de España con países como Inglaterra, Nueva Zelanda, Bélgica, Federación Rusa, Austria o Países Bajos no es significativa, según el Instituto de Evaluación español.
Si consultamos un análisis más independiente (el del Instituto F de Investigación Educativa), vemos que en este caso se destaca que los resultados globales nos sitúan en la parte media de la tabla de 38 países, en el puesto 22, con los 505 puntos citados. De los países que tenemos por debajo los únicos europeos son Grecia, Luxemburgo y Bulgaria, además de los hispanoamericanos, Tailandia e Indonesia. Por encima se sitúa –una vez más– Finlandia (con 576 puntos vuelve a encabezar un estudio comparativo internacional), Dinamarca, Suecia, Irlanda, Suiza o Italia, junto a Hong Kong, Taipei o Corea del Sur.
Peor en analizar y razonar
Con respecto a la media general, destacamos en los apartados de Saber y de Identidades cívicas; estamos en la media en Sociedades y sistemas cívicos y en Participación cívica y algo peor en Analizar y razonar y en Principios cívicos. Si aplicásemos estos resultados a la media europea, sólo destacaríamos por arriba en Identidades cívicas, pero por abajo en Principios cívicos y en Analizar y razonar. Un dato que puede ser preocupante es que somos, junto a Grecia, Austria y No-ruega, donde más diferencia hay entre alumnos nativos e inmigrantes. Lo cual es malo en Matemáticas, pero en cuestiones relacionadas con la convivencia cívica puede serlo más.
Por otro lado, los alumnos españoles tienen una actitudes excelentes: los segundos en apoyar los valores democráticos (después de Chile) y en actitudes hacia la igualdad de género (el primero es Suecia). Menos bien estamos al pedir igualdad de derechos para todos los grupos étnicos o para los inmigrantes, donde quedamos en la media. La actitud peor es hacia nuestro propio país, aunque ahí tampoco destacan el resto de alumnos europeos. Los tres países a los que los alumnos están más orgullosos de pertenecer son la República Dominicana, Colombia y Guatemala, y donde menos en la Bélgica flamenca.
Poca participación activa
En el apartado de compromiso y participación, estamos en el grupo de cola en participación activa. Sobre lo que los alumnos piensan hacer en el futuro, nos situamos en la media.
Por otra parte, los alumnos se examinaron de un módulo sobre la Unión Europea, donde en conocimientos no hacemos un papel especialmente brillante, pero tampoco catastrófico. En cuanto a “europeidad, nos sentimos más europeos que casi nadie (terceros después de Italia y Eslovenia), pero si hablamos de participación de los alumnos en actividades o grupos a nivel europeo, o en comunicaciones sobre Europa, estamos en el grupo de cola. Con las actitudes con respecto a Europa, sobresaliente en casi todas: segundos en actitudes positivas hacia la igualdad, o hacia la libertad de movimientos dentro de Europa (si es para bien, porque si es para mal somos partidarios de restringirla: es curioso que somos los que más cambiamos de opinión según nos pregunten resaltando los aspectos positivos o negativos), o cuartos en actitudes positivas hacia el aprendizaje de lenguas europeas (pero en conocimientos, los terceros por la cola, sólo después de los países anglófonos).
También estamos en el grupo de cabeza en actitudes positivas hacia las políticas comunes en Europa, hacia la unificación europea, hacia la moneda única, o hacia una mayor ampliación de la UE. Y somos de los primeros en predisposición a votar en las elecciones europeas, casi el 70% está bastante o totalmente seguro de que va a votar. En cambio, es escaso el número de alumnos que participa en organizaciones de distinto tipo o informalmente a través de conversaciones con sus amigos o familiares.
Por lo que respecta a los profesores examinados, los españoles se muestran por encima de la media en cuanto a seguridad y confianza en sí mismos a la hora de enseñar Educación cívica y ciudadana. En el resto de indicadores, los resultados están por debajo de la media. Sólo la participación conjunta de profesores y alumnos en actividades en la comunidad está en la media.
Por último, los directores tienen una percepción por debajo de la media en cuanto a la participación de los profesores en la gestión del centro, de los padres y de los alumnos. En cambio, los directores tienen una mejor percepción (por encima de la media) de los alumnos que han participado en alguna actividad cívica.
Aprendizaje de idiomas
Los alumnos españoles son de los que más valoran el aprendizaje de idiomas, quizá, y precisamente porque se encuentran entre los menos capaces de hablarlos, al igual que ingleses, irlandeses y búlgaros. El 79% de los alumnos españoles de 2º de ESO examinados afirma su incapacidad de comunicarse en una lengua extranjera, en tercer lugar por la cola después de los citados ingleses e irlandeses, e inmediatamente antes que los búlgaros. En este ámbito de los idiomas parece que influye notablemente el nivel socieconómico de los españoles porque en el nivel alto el 90% tiene capacidad de hablar otra lengua y en el bajo solo el 64%. Además, son los nativos españoles (80%) los que más capacidad tienen frente a sus compañeros nacidos en otros países. En el cuestionario que se pasó a los alumnos se distingue entre el grado de capacidad que creen tener los alumnos y el grado de comunicación en que lo hablan. Así, por ejemplo, preguntados por el grado en que pueden hablar un idioma extranjero, el 13% del nivel socioeconómico más bajo dice que “no muy bien”, frente al 62% de alumnos del nivel medio que dicen que se manejan bien en otra lengua. En el medio se sitúa el resto de alumnado.
Niveles
Nivel 3 (563)
En el nivel 3, además de los conocimientos y destrezas de los niveles anteriores, son capaces de: hacer juicios sobre los méritos de políticas y comportamientos; justificar posiciones o proposiciones y hacer hipótesis; evaluar y justificar políticas y prácticas; comprender la práctica ciudadana activa como medio para lograr un fin, no solo como respuesta.
Nivel 2 (479)
Comprender la interconexión entre las instituciones cívicas o civiles y los procesos y sistemas a través de los que operan. Conexión entre principios y operatividad en contextos familiares y experiencia diaria y de la esfera de influencia y hacer uso de forma limitada.
Nivel 1 (395)
Compromiso con los principios fundamentales; familiarizados con las grandes ideas, pueden hacer juicios exactos de lo que es justo e injusto y tienen un conocimiento superficial.
Fuente: Magisnet.
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