jueves, 12 de mayo de 2011

Con la revista porno al cole

La Junta de Andalucía recomienda en una guía que los menores analicen publicaciones pornográficas en clase.
  
 
11 Mayo 11 - Madrid - R. Ruiz/A. Robledo
   
«¿Qué significa que algunas chicas tengan los senos más grandes que otras?», «¿podrías situar exactamente el clítoris?», «¿qué ocurre cuando un chico tiene una erección y no se le baja el prepucio porque tiene frenillo?», «¿qué longitud y grosor debe tener un pene para satisfacer mejor a una mujer?». Son las preguntas que la Junta de Andalucía propone a los profesores  para que formulen a los alumnos de entre 13 y 16 años y las debatan en clase. Las cuestiones forman parte de un manual que ha editado la Junta sobre sexualidad humana dentro del programa Forma Joven dirigido a alumnos de la ESO. El programa se aborda en clases semanales que se imparten en la hora de tutoría, dentro del horario escolar. En principio, las da un orientador del centro educativo con ayuda de tutores y agentes de salud, ya que el programa cuenta con la colaboración de las consejerías de Salud, Educación e Igualdad.
  
Lista de chistes verdes
 
La cuestión es que las guías que ha editado la comunidad autónoma no son del agrado de muchos padres, que acudido a la plataforma Profesionales por la Ética  para denunciar los contenidos que los profesores tratan en clase con sus hijos. No es obligatorio impartirlos, porque esta temática no forma parte del currículum académico, pero todos los centros reciben este material que la Administración andaluza proporciona a los profesionales de la educación para «facilitar las tareas de educación para la salud sobre sexualidad», expone la guía.
  
Además de preguntas, en el documento para  Profesionales de Educación y Salud se proponen ejercicios a los alumnos  que son de los más variado. En uno de ellos la Junta recomienda analizar revistas pornográficas a menores. El ejercicio, en concreto, es el siguiente: «Elige varias revistas del corazón, «de mujeres», «de hombres» y pornográficas y analizar: contenido de cada una con los temas tratados; analizar las portadas. ¿A quién ponen más?...».
  
Otra de las propuestas es hacer grupos de tres o cuatro estudiantes para «analizar las pintadas anónimas, letreros, dibujos de las paredes, de los aseos públicos que tengan que ver con la sexualidad y que previamente hayan anotado». En este caso propone que hagan una clasificación de los mensajes y expliquen qué concepción de la sexualidad y de las relaciones se desprende de lo observado, qué parte del cuerpo destacan y hacer una lista con las frases, tacos, chistes verdes y piropos más usados.
  
Incluso plantea cuestionarios para que los jóvenes señalen con el dedo a aquellos profesores que no son tan partidarios de dar este tipo de enseñanzas en clase. Así, se propone dividir al alumnado en subgrupos de no más de seis personas para analizar, por ejemplo: «¿sabes si hay algún profesor o profesora al que no le guste que se impartan esas clases en el centro? ¿cuál es la razón?».
 
Además de esta guía para profesores, también hay una específica para alumnos en las que se trata en profundidad el concepto de la sexualidad, la masturbación, las fantasías sexuales, la homosexualidad, la primera vez que se mantiene un encuentro sexual  o la violencia sexual con ilustraciones relacionadas con el asunto que se trata.  Así, la guía del alumno expone que «no hay que preocuparse o sentirse culpable por las fantasías sexuales, porque pertenecen al mundo de lo imaginario y contribuyen a favorecer el erotismo y el deseo sexual».  También se plantea como una máxima el hecho de que «ninguna chica debe aceptar que sus encuentros sexuales terminen siempre sin orgasmo» y concluye que podemos decir que el mejor momento para man tener la primera relación sexual es «cuando los dos miembros de la pareja son capaces de disfrutar y de llegar al orgasmo, tanto solos como juntos».
  
El vicepresidente de Profesionales por la Ética, Fabián Fernández de Alarcón, criticó que los alumnos «están siendo adoctrinados por la Junta en un modelo de sexualidad bastante discutible, deshumanizador, sin conocimiento de sus padresy en un contexto académico muy mejorable». La Junta de Andalucía «empieza a enseñar a los alumnos a lavarse los dientes y a comer fruta, y acaban con una caja de preservativos en la mochila como lo más natural del mundo», dice.
  
Las clases de sexo «una estupidez»
 
«Hablar de sexo a menores no sirve de nada. Los cursos de sexualidad que se imparten en las aulas no son efectivos ya que tratan el sexo desde el punto de vista reproductivo, algo que los adolescentes ya conocen y que, en ciertos casos, además ya han experimentado». Así lo asegura Gerardo Aguado, Psicólogo de la Universidad de Navarra, quien admite que «el puro genitalismo no va a ningún lado» y califica estos cursos de «estupidez».
 
Fuente: La Razón.

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