Cerca de 3.000 niños son educados en el hogar por unos padres que desconfían de la institución escolar.
Daragh McInerney con dos de sus hijas, Ainara y Saioa
29.08.11 - JORGE AGUADO | MADRID
Se acerca septiembre y con él la vuelta al cole. Las escuelas españolas abren sus puertas, los padres ultiman los preparativos, uniformes, libros... Sin embargo, más de 3.000 niños en España siguen sin estar escolarizados. No por dejación de las autoridades, sino porque los padres prefieren educar a sus hijos en casa, una opción que es vista con desconfianza por los pedagogos. Con todo, cuando alguna materia exige la presencia de un profesor, los partidarios de esta modalidad acceden a ello.
Una alternativa a la clásica escuela es el método 'homeschooling', una práctica de origen anglosajón cada vez más frecuente en España que consiste en educar a los hijos en casa.
Daragh McInerney, presidente de la Asociación Libre Educación (ALE) y padre de tres niñas, abandera esta vía formativa. "Creo que es una opción responsable y adecuada para los jóvenes, sin necesidad de adecuarse a un sistema educativo inflexible y obligatorio", alega McInerney. En su caso, decidió sacar a sus dos hijas pequeñas de la escuela, de 9 y 11 años, por motivos personales. "No quiero ver a mis hijos solo por la noche cuando vengan del cole y todas las actividades, prefiero verles más tiempo. Además lo intentamos y ellas no estaban contentas. Lo más importante para nosotros es que los niños estén cómodos", señala.
Algunos por convicción, otros por cultura, y una gran parte por desconfianza en el sistema educativo, optan por la llamada educación libre. "El sistema está hecho por personas, y no todos los profesores están capacitados; cuando son muchos alumnos es difícil atenderlos" señala el presidente de la ALE.
Modelo anglosajón
Por lo general, en las familias que apuestan por la educación en casa, alguno de los progenitores procede Gran Bretaña y Estados Unidos, donde este modelo está más implantado. Es lo que ocurrió a Paco González, asesor pedagógico de ALE, quien conoció el 'homeschooling' gracias a su mujer. "Estuve viviendo en Inglaterra y como no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar allí, optamos por llevar este tipo de educación". Paco, padre de dos hijas, es profesor de la Open University. Como profesor es consciente de que el índice de fracaso escolar en la actualidad es bastante alto, lo que supone "un riesgo confiar toda la educación a una institución", asegura.
La educación en el hogar está basada en la filosofía de John Holt que básicamente interpreta que el humano es un animal de aprendizaje; "Nos gusta aprender; somos buenos en eso; no es necesario que se nos muestre cómo hacerlo. Lo que mata el proceso es la gente que interfiere con él o trata de regularlo o controlarlo". Esta ideología experimentó cierto auge en los años 80, sobre todo en EE UU, donde más de dos millones de personas llevan a cabo esta práctica, o en Reino Unido, donde el número de niños que reciben la educación en su hogar alcanza los 50.000.
Una alternativa que no es del agrado del Ministerio de Educación. Tanto, que la Fiscalía General del Estado insta a organismos como la Institución Madrileña del Menor y la Familia o el Defensor del Menor a actuar contra estas conductas. "Se les puede quitar la tutela de los hijos" advierte el exdefensor del Menor de la Comunidad de Madrid y psicólogo, Javier Urra.
Estas familias se acogen a varios principios, el primero el de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que reconoce el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones filosóficas, religiosas o pedagógicas. Pero según Urra, está interpretación es errónea. "Los padres tienen derecho a llevar a los niños a la escuela que quieran de acuerdo a sus convicciones, pero deben escolarizarlos. Es un derecho, pero también una obligación", afirma.
Los defensores de la educación libre alegan, sin embargo, que algunos personajes de sobra conocidos como el filósofo y pensador Montesquieu o el compositor Mozart no fueron a la escuela.
Profesionales
A decir verdad, estas familias no se ciñen únicamente a la educación en casa. Para que los menores estén igualmente preparados, deben realizar un esfuerzo adicional o acudir en algunos casos a profesionales. "Estamos abiertos a todos los recursos", señala Paco. La mayor de sus hijas tiene 20 años y estudia Periodismo en la Universidad Kings College. La hija menor, de 17, está completando su secundaría particular y siguiendo la carrera de piano en el Conservatorio de Alcalá de Henares.
Daragh McInerney también reconoce haber recurrido en alguna ocasión a un profesor de matemáticas. "La educación en casa es distinta. Normalmente dedicamos dos horas al día, pero luego hay lectura y otras actividades, no seguimos un horario como en el cole" señala el presidente de ALE. "La educación 'homeschooling' es flexible, pero algo básico en toda enseñanza es la disciplina", añade Paco.
La última sentencia del Tribunal Constitucional (2 de diciembre de 2010) quitó la razón a los padres que apostaban por la educación en casa y obligó a los progenitores a llevar a sus hijos menores a la escuela. "Cada caso es distinto. El juez puede pensar que los padres no cuidan bien a sus hijos. En los últimos siete años ha habido casos a favor y en contra. No hay una ley que diga que no está permitido. Es una interpretación del juez", indica. McInerney, quien admite que le chocó esta decisión, recuerda que en 1994 hubo una sentencia favorable muy conocida, que se alineaba con la tesis de los padres.
La asociación por la libre educación defiende este modelo, pero reconoce que hoy en día aún se encuentran algunas trabas en el camino, como es la accesibilidad a los títulos oficiales. "Tenemos una especie de penalización de dos años para sacar el titulo", indica Daragh. Sus hijas, Laira y Ainara, no podrán acceder al graduado escolar hasta los 18 años. "En Inglaterra la forma de acceder a los títulos es distinta. No te piden un resultado final. En muchos casos con una entrevista en la universidad basta", apostilla. Ese es el reto precisamente de la Asociación de Educación Libre.
A pesar de lo que pueda parecer, el coste de este tipo de enseñanza no dista mucho de la que comporta la educación convencional. "El coste es relativo, es una opción sacrificada, pero comparado con un colegio privado es más barato", asegura Paco González.
"La educación no solo es informar. Es el contacto con los compañeros y profesionales de la educación, en definitiva salir del nido para relacionarse", indica Javier Urra, quien observa un afán proteccionista en la actitud de estos padres. "Es un gravísimo error, pero soy consciente de que lo hacen por afecto y cariño". Según señala el psicólogo, los mayores deben ser conscientes de que no son propietarios de sus hijos.
En la Unión Europea, la educación libre es ilegal únicamente en Alemania, asegura la ALE. En este sentido, la organización informa de que la próxima conferencia internacional se llevará a cabo en el albergue Serra d'Ador, cerca de Gandía en el mes de septiembre. "Tratamos de formar una federación de asociaciones", dice González.
Fuente: Las Provincias.
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