En una decisión histórica que responde a la demanda del gobierno italiano.
Redacción - 19/03/2011
En una sentencia que sienta un hito en la historia de la laicidad positiva, el Tribunal de Estrasburgo o Corte Europea de los Derechos Humanos ha declarado, con 15 votos a favor y 2 en contra, que la presencia de los crucifijos en las aulas no constituye "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de religión de los alumnos" ya que "no subsisten elementos que puedan probar que el crucifijo influye eventualmente en los alumnos".
La sentencia del Tribunal Europeo responde al recurso presentado por el Gobierno italiano contra el fallo precedente del mismo Tribunal por el llamado 'caso Lautsi', que declaró en el año 2009 que la presencia de los crucifijos en las escuelas públicas era "una violación de los derechos de los padres" y de la libertad religiosa de los alumnos. El Tribunal dio así la razón al recurso presentado por Soile Lautsi, una ciudadana italiana de origen finlandés que había pedido a la escuela pública en la que estudiaban sus hijos que quitara los crucifijos de las clases. El Gobierno italiano recurrió la sentencia ante la Gran Sala de la Corte de Derechos Humanos Europea porque consideraba que "eliminaba un símbolo de la tradición" italiana. El Ejecutivo italiano aseguraba en su defensa que el crucifijo tiene "una función simbólica altamente educativa" y "no es sólo un objeto de culto" sino "un símbolo que exprime el elevado fundamento de los valores civiles".
El Tribunal Europeo subraya que el crucifijo "es ante todo un símbolo religioso" y que el Estado debe "garantizar el derecho de los padres a la educación y a los hijos conforme a sus propias convicciones religiosas y filosóficas", aunque recuerda que "la presencia de los crucifijos no está asociada a una enseñanza sobre cristianismo" y subraya que "no hay nada que indique" que las autoridades italianas son "intolerantes con los estudiantes de otras religiones o no creyentes". Además, el Tribunal Europeo sostiene que los demandantes no han presentado pruebas de que la presencia del crucifijo "haya promovido una tendencia hacia el proselitismo" del cristianismo.
Satisfacción en el Vaticano
El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha declarado que el Vaticano ha acogido "con satisfacción" la sentencia publicada este viernes por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la presencia de los crucifijos en las aulas. En este sentido, ha asegurado que la sentencia de la Corte Europea "hará historia" y ha destacado que el Tribunal Europeo reconoce "en un nivel jurídico internacional e imperativo" que la cultura de los derechos del hombre no puede ser "contraria a los fundamentos religiosos de la civilización europea a la que el cristianismo ha dado una contribución esencial".
Asimismo, el Vaticano ha declarado que "según el principio de subsidiariedad" es necesario que la Unión Europea "garantice en cada país un margen de apreciación respecto al valor de los símbolos religiosos en la propia historia cultural y en la identidad nacional" así como "el lugar de la exposición" de los símbolos religiosos. Lombardi ha subrayado que, en caso contrario y en nombre de la libertad religiosa, "se tendería paradójicamente a limitar e incluso a negar la libertad religiosa" de forma que "excluiría del espacio público cada expresión religiosa" y "violaría la libertad misma". De hecho, ha recordado que la sentencia de la Corte reconoce que la exposición del crucifijo "no es un adoctrinamiento, sino la expresión de la identidad cultural y religiosa de los países de tradición cristiana".
Finalmente, Lombardi ha asegurado que la sentencia "contribuye eficazmente a restablecer la confianza en el Tribunal Europeo de gran parte de los europeos que están convencidos y son conscientes del papel determinante de los valores cristianos en su propia historia y en la construcción unitaria europea, en su cultura de derecho y de libertad".
Los obispos europeos reconocen el valor "simbólico" de la sentencia
El presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, el cardenal Péter Erdo, ha declarado que la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos adquiere "un valor simbólico que va más allá del caso italiano". Además, el cardenal Erdo ha subrayado que la sentencia "es un signo de buen sentido, sabiduría y libertad" y ha recordado que "se ha escrito una página de historia" porque, con ella, "se ha abierto una esperanza, no sólo para los cristianos" sino también "para todos los ciudadanos europeos, creyentes y laicos, que se habían sentido dañados por la sentencia publicada el pasado 3 de noviembre en 2009".
Según ha explicado el presidente del CCEE, "considerar la presencia del crucifijo en el espacio público como contrario a los derechos del hombre sería negar la idea misma de Europa" porque "sin el crucifijo, la Europa que hoy se conoce no existiría" y ha destacado que, en este sentido, la sentencia "es antes que nada una victoria para Europa". Por otra parte, el cardenal ha reconocido que "está de acuerdo con la Corte Europea" sobre el hecho de que "las cuestiones religiosas sean afrontadas a nivel nacional por cada Estado miembro" y ha insistido en que, con esta sentencia, los jueces "han reconocido que la cultura de los derechos del hombre no tiene por qué excluir la civilización cristiana".
CONCAPA celebra la sentencia
La Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA) ha celebrado la sentencia dictada este viernes por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, que afirma que el crucifijo en las aulas no viola el derecho a la libertad de conciencia, mientras que la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEAPA) ha isistido en la retirada de estos símbolos de los centros escolares públicos porque "pertenecen al ámbito privado de las personas".
En declaraciones a Europa Press, el presidente de CONCAPA, Luis Carbonel, ha indicado que el fallo "refrenda que el crucifijo es un símbolo no solo de la fe cristiana, sino de identidad cultural". Asimismo, ha valorado con "gran satisfacción" que esta sentencia "crea jurisprudencia", por lo que espera que, a partir de ella, "terminen los ataques hacia este símbolo" En cambio, desde CEAPA, su presidente, Jesús María Sánchez, ha señalado que si bien esta asociación "acata la sentencia", mantiene su postura de que "no exista ningún tipo de simbología religiosa" en los centros escolares públicos. A su juicio, "no se debe vulnerar la sensibilidad de alumnos y padres" con la exposición de los símbolos religiosos, que, según ha advertido, "deben pertenecer al ámbito privado". "España es un Estado aconfesional y es en este contexto en el que reiteramos que los crucifijos deben desaparecer de la escuela pública", ha concluido.
Fuente: Análisis Digital.
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