Por Juanjo Romero.
Mientras ellos vuelven, nosotros vamos. Mientras que en Occidente, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha tenido que intervenir para declarar que la exhibición de un crucifijo en un aula, no atenta contra los DDHH, en las naciones donde el socialismo ha violado sistemática y macabramente los DDHH más elementales, vuelven a refugiarse en sus raíces.
Después de un año ad experimentum, la asignatura de «fundamentos de cultura religiosa y ética» se extenderá a todo el país, a partir de 2012. El 23 de marzo, el Ministro de Educación ruso y el responsable del departamento de relaciones con la sociedad del Patriarcado de Moscú —arcipreste V. Chaplin— declararon:
"Un gran número de estudiantes eligieron voluntariamente los cursos de religión, y eso no causó ningún tipo de conflicto, es más se nota un cambio en la moral de los chicos que asisten a ella".
Basándose en esa experiencia, de la que no han trascendido datos, los alumnos de primaria y secundaria podrán elegir durante todo el curso (hasta ahora estaba limitado a un trimestre) estudiar una de las cuatro religiones tradicionales: cristianismo (ortodoxo), Islam, judaísmo o budismo, o bien una alternativa general sobre los «bases de la cultura religiosa» o «fundamentos de ética pública».
Tengo curiosidad por ver cómo se solventan dos cuestiones:
- Prepraración de materiales y profesorado. Para un país poblado (cerca de 181 millones de personas) y muy extenso —el más extenso de la Tierra— va a ser todo un reto.
- Generosidad de los Ortodoxos, ya que en Rusia, cristianismo es exclusivamente Ortodoxia. Las intenciones son buenas, las autoridades han declarado que si bien el material será elaborado por el Patriarcado, habrá libertad para dar la asignatura como el profesor quiera. También hubo buenas intenciones respecto a la devolución de edificios, y a la hora de la verdad el Patriarcado de Moscú se dedicó a la rapiña, pero démosle un voto de confianza.
Con esas dos salvedades, hay que reconocer que el planteamiento de fondo es bueno: armar moralmente a la sociedad. Un ejercicio necesario después de la deshumanización socialista a la que ha sido sometida durante 90 años, y que vacía de referentes no le queda más salida que el nihilismo.
Supongo que la noticia también tendrá su lectura desde el Kremlin, supone un paso más hacia sus orígenes. Pero de este tema tendremos ocasión de hablar en otro momento. En España, desgraciadamente nos hemos de conformar con el «más gimnasia y menos religión», síntesis del programa socialista. Así nos va.
Fuente: De Lapsis.
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