viernes, 18 de marzo de 2011

Estrasburgo aprueba la cruz en las escuelas

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ratifica que el crucifijo no viola la libertad religiosa de nadie. Con 15 votos a favor y sólo 2 en contra, la sentencia puede repercutir en 47 naciones de Europa.

El crucifijo en las paredes de la escuela no implica ningún proselitismo sino que, según el Tribunal, es «esencialmente pasivo»
   
18 Marzo 11 - Darío Menor
 
ROMA.- La cruz seguirá colgada en las paredes de las aulas de los colegios italianos. La Gran Cámara del Tribunal Europeo de Derechos Humanos dio ayer su veredicto final sobre la llamada «guerra de los crucifijos»: éste no supone una violación de la libertad religiosa de los alumnos ya que se trata de un símbolo «esencialmente pasivo» que no significa ningún tipo de proselitismo. El fallo de la Corte de Estrasburgo (15 votos a favor y 2 en contra), es definitivo, no apelable, y se produce después de que el Gobierno de Silvio Berlusconi recurriera una sentencia anterior que sostenía lo contrario. El caso se inició cuando una ciudadana italiana de origen finlandés exigió que se retirara el crucifijo que pendía de las paredes de la escuela pública donde estudiaban sus hijos. Tras una serie de resoluciones desfavorables por parte de la Justicia transalpina, esta mujer se dirigió al citado Tribunal, ajeno a la UE y que incluye a 47 naciones del Viejo Continente.
 
Sienta precedente
 
La sentencia de ayer afecta a Italia y sólo tiene valor informativo para el resto de países representados en la Corte de Estrasburgo, aunque sienta un precedente en caso de que se produzcan procesos similares originados en otras naciones. Por tanto, si individuos u organizaciones exigen a sus Estados que el crucifijo esté presente en las clases de los colegios públicos y éstos se niegan, podrán dirigirse a Estrasburgo invocando el fallo de ayer.
 
La decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos redondea una semana en la que el crucifijo ha recibido otras dos sentencias apoyando su presencia en las escuelas y otros espacios públicos. La primera llegó del Supremo italiano, que afirmó que este símbolo no amenaza la libertad religiosa ni la laicidad del Estado. El fallo se produjo después de que un juez intentara desterrar la cruz de todos los tribunales italianos.
 
El segundo apoyo ha venido de Austria, donde la Corte Constitucional defendió la presencia del crucifijo en las aulas de los colegios porque no implica que el Estado prefiera una religión en particular. Según este tribunal, la exhibición de este símbolo cristiano no va contra la Constitución cuando la mayoría de los alumnos profesa esta fe. El Vaticano ha acogido con «satisfacción» la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, que calificó de «histórica». Según dijo en un comunicado el portavoz de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi, el fallo reconoce que cada país puede valorar los símbolos religiosos dentro de su propia «historia cultural e identidad nacional».
 
El padre Lombardi afirmó que si la decisión de la Corte de Estrasburgo hubiera sido diferente, en nombre de la libertad religiosa se habría «limitado e incluso negado esta libertad, hasta excluir del espacio público toda expresión» de la fe. Analizando la decisión, recordó que «la exposición del crucifijo no es adoctrinamiento, sino la expresión de la identidad cultural y religiosa de los países de tradición cristiana».
 
En su opinión, supone también la sentencia un reconocimiento de que la «cultura de los derechos humanos» no debe ir contra los fundamentos religiosos de la civilización europea, «a la que el cristianismo ha dado una contribución esencial». Lombardi también afirmó que la sentencia «contribuye a restablecer la confianza en el Tribunal Europeo de Derechos del Hombre por parte de una gran parte de europeos, convencidos y conscientes del papel determinante de los valores cristianos en su historia y en la edificación de la unidad europea y en su cultura de derecho y de libertad», concluye la declaración vaticana.
 
Alegría en Italia por la «victoria»
 
- «Se trata de una gran victoria para la defensa de un símbolo irrenunciable de la historia y de la identidad cultural de nuestro país», afirmó la ministra italiana de Educación, Mariastella Gelmini, para quien el crucifijo «sintetiza los valores del cristianismo, los principios sobre los que se apoya la cultura europea y la propia civilización Occidental: el respeto de la dignidad de la persona y su libertad».
  
- Para el ministro de Exteriores italiano la sentencia es «la primera señal después de mucho tiempo del despertar de Europa, que en el pasado se ha mostrado lejana del verdadero sentir de los ciudadanos europeos».
  
- «Detrás del crucifijo se encuentra el reconocimiento de todos los derechos humanos», declaró el ministro de Justicia, Algelino Alfano, quien añadió que «la cristiandad forma parte de la identidad de Europa».
 
Fuente: La Razón.

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