A raíz de la querella presentada contra Zapatero y Gabilondo por perversión de menores a causa de los materiales que promueven desde el Ministerio de Educación
para impartir Educación para la Ciudadanía y Educación Sexual, los más
entusiastas promotores de esta educación sexual reduccionista y
promovida por el Estado a espaldas de los padres achacan a estas protestas casi todos los males sociales:
- Según su razonamiento torticero, sin la educación sexual gubernamental (suponen que no hay ni puede haber otra) se propician los embarazos no deseados.
- Como la UNICEF cifra en una muerte a causa del parto cada minuto en los países subdesarrollados, también achacan esas muertes a la ‘desinformación’ en materia sexual, y no a la falta de condiciones sanitarias suficientes.
- Por si fuera poco, subrayan que muchas de estas mujeres mueren porque, a su temprana edad, no están preparadas para el parto, como si la madurez fisiológica para un embarazo y un parto viables se alcanzara a los treinta años.
- Finalmente, en el colmo de la demagogia, aportan como argumento final que las muertes por violencia machista fueron 73 en el año 2010. ¿Y qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?
El problema no son ya estos razonamientos pueriles: es el empeño en
mantener unas campañas que, año tras año, provocan un aumento de
embarazos no deseados, abortos y enfermedades de transmisión sexual.
Estos sesudos ideólogos deberían recomendar a la Dirección General de Tráfico
que, para reducir la siniestralidad en la carretera, promoviera
campañas para que los automovilistas pisaran más el acelerador siempre
que llevaran airbag.
Fuente: Objetores.org.
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