sábado, 5 de noviembre de 2011

Rajo de Rajoy: La educación doblegada

Por Jesús Asensi Vendrell.
  
CAMINEO.INFO.-El año 2011 está llegando a su fin y, con él diremos también adiós a otro desgobierno socialista que ha tratado, y ha conseguido, que a este país “no le conozca ni la madre que lo parió”. Y es que en España, uno de los países con mayor tradición y educación católica del mundo mundial, hemos permitido que, a lo largo de estos años de democracia, partidos de derechas y de izquierdas aprueben o mantengan las leyes del divorcio, del aborto, del matrimonio homosexual y también hasta cinco leyes educativas que nos han llevado y mantenido en la cabeza del fracaso escolar, con el añadido del deterioro rebuscado del área de Religión y la invención de otra, llamada “Educación para la ciudadanía” y cargada de un “progresismo” sensitivo que nos asemeja a los animales irracionales. 
 
¿Es que en el año 1996 no teníamos apenas fracaso escolar? Entonces, ¿por qué el señor Aznar no puso en práctica una reforma educativa hasta el año 2002? Con la llegada de la LOCE volvió a estar de moda la palabra “esfuerzo” y todo hacía indicar que el “me apetece” de los discentes iba a estar sujeto, otra vez como antaño, a la razón, a la inteligencia y a la voluntad. 
 
Y llegó el año 2004: el triunfo de Zapatero. El nuevo presidente no esperó seis años para poner punto y final a la LOCE popular. Le bastaron quince días para paralizar su aplicación y otros dos años para sacar la LOE, la actual ley educativa. 
 
Y llegó el año 2011: ¿el triunfo de Rajoy? El nuevo presidente… ¿qué hará con el actual sistema educativo? ¿Quitar “Educación para la ciudadanía” y punto pelota? ¿Incidir de nuevo en la educación humanista que se vislumbraba en la LOCE? Ahí está su flamante programa electoral con más de veinte páginas dedicadas a la educación, que pondrá en práctica… ¿dentro de seis o siete años? 
 
Adquisición de hábitos y de virtudes, vocación docente, cuidado de las cosas pequeñas, unidad familiar, deseos de excelencia; que en un cristiano se concreta en anhelos de santidad; trabajo, estudio, disciplina, prestigio, entrega desinteresada, entusiasmo… ingredientes necesarios para reducir al máximo el fracaso escolar; fracaso de todos y de todo. Un fracaso vital que ciega a nuestros jóvenes y les impide disfrutar de las cosas pequeñas de cada día. Porque, no nos engañemos, el fin del quehacer educativo, como bien dijo el profesor Víctor García Hoz, es “hacer a los hijos capaces de encontrar la alegría de vivir”. Que vean que es posible encontrar la alegría “en los pequeños bienes concretos de cada día”. Y añadía que las fuentes naturales de alegría son el orden; fundamento de la vida interior; el trabajo; capacidad de usar y modificar las realidades materiales; la generosidad; fundamento del trato con las personas; y… saberse hijos de Dios. Aquí queda dicho para el que quiera escuchar
  
Fuente: Camineo

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