18.11.2011 | Madrid | Yago González
La marea verde amenaza con subidas. Así se denomina la movilización de profesores de la enseñanza pública que, principalmente en la Comunidad de Madrid, empezó a manifestarse el pasado septiembre (adoptando como traje de combate camisetas verdes) contra el aumento de horas lectivas.
Todo apunta a que las protestas continuarán cuando el nuevo Gobierno
central llegue a La Moncloa, y que el sistema educativo, junto con la
economía y el paro, centrará el debate político en los próximos años. Un
hecho inevitable si se tiene en cuenta que el 68% de los alumnos de
educación primaria y secundaria estudia en centros públicos. Un 25%
acude a escuelas concertadas y sólo un 7% a privadas.
El boom inmobiliario y de la construcción sacó a muchos jóvenes de
las aulas que ahora se han visto de patitas en la calle y, en muchos
casos, obligados a retomar los libros para redirigir su futuro. En 2010,
el 28% de los alumnos entre 18 y 24 años dejó la escuela tras acabar la
ESO. Una cifra muy superior a la tasa del 10% que la UE quiere marcarse
como tope para 2020, ya que ahora la media comunitaria está en el
14,4%.
Por otro lado, la destrucción de empresas y los ajustes en el sector
privado ha condenado a casi la mitad de los licenciados universitarios
(44%) a aceptar un empleo por debajo de sus cualificaciones. Ambas
circunstancias confluyen en uno de los datos más dramáticos de esta
crisis: el 46% de los jóvenes está en paro.
Además, el fracaso escolar mina las expectativas de una generación
formada y competitiva. El último Informe PISA, que evalúa los
conocimientos de chavales de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias,
destaca que España no alcanza la media de los 65 países pertenecientes a
la Organización para el Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Por si fuera poco, el 36% de los alumnos que participó en el estudio
eran repetidores.
Conscientes de estos problemas, los dos principales partidos
aspirantes al Ejecutivo, PP y PSOE, prestan atención en sus respectivos
programas electorales a sus recetas educativas. Los populares apuestan
por recuperar el liderazgo y la autoridad del profesor, fomentar el
aprendizaje de inglés y de informática desde los tres años de edad y
apostar por becas-salario para que sea posible compatibilizar los
estudios con la iniciación en el mundo profesional. También quieren
inculcar la cultura del emprendimiento, establecer tres cursos de
bachillerato y aumentar la calidad de los programas de Formación
Profesional (FP), permitiendo el acceso a este grado a los 15 años de
edad, uno antes que hasta ahora.
Horas de refuerzo
Por su parte, el PSOE incluye
varias medidas para reforzar la enseñanza en horarios extraescolares:
“Al finalizar la legislatura todos los centros ofertarán cinco horas por
las tardes” dirigidas para aquellos con más problemas o a los más
motivados que quieran profundizar en las lecciones. Desde el punto de
vista familiar, los padres podrán participar en talleres para que sus
hijos desarrollen otro tipo de habilidades, como artísticas o
psicomotrices.
Asimismo, los socialistas pretenden implantar en 800 escuelas grupos
reducidos para las clases de inglés. Respecto a este idioma, llama la
atención la siguiente propuesta: los programas televisivos en horario
infantil y juvenil se emitirán preferiblemente en versión original con
subtítulos.
De forma similar al PP, el equipo de Rubalcaba se vuelca en la
creación de becas-salario, que podrían llegar hasta los 6.500 euros,
“para estudiantes a tiempo completo con rentas bajas y buen rendimiento
académico”, y también se dibujan ayudas a las familias con poco recursos
para los cursos de educación infantil de los más pequeños.
Ambos partidos hacen hincapié en la formación de los profesores. El
programa popular propone “introducción de incentivos” a la labor de los
docentes y la creación de un nuevo modelo de selección a nivel nacional
para que los más competentes consigan una plaza. De modo similar, el
PSOE plantea un sistema de acceso parecido “al modelo MIR en la
sanidad”.
También hay espacio para batallas más puramente ideológicas. El PP
avanza abiertamente la sustitución de la asignatura Educación para la
Ciudadanía por otra que inculque “los valores constitucionales y el
conocimiento de las instituciones españolas y europeas”.
Partido Popular
Autoridad y prestigio.
“Queremos respaldar más a los profesores y que todos –alumnos,
familias, gestores públicos y sociedad– reconozcamos al profesor el
prestigio y la autoridad que merece”.
Secundaria y bachillerato.
“La educación secundaria tendrá una organización más flexible, que
ofrezca vías formativas según los intereses y progresos del alumno. El
bachillerato constará de tres cursos, el primero de los cuales tendrá
carácter de curso de iniciación”.
Sin EpC. “Se
sustituirá la asignatura Educación para la Ciudadanía por otra que
enseñe los valores constitucionales y el conocimiento de las
instituciones europeas y españolas”.
Aprender español. “Haremos efectivo el derecho de los alumnos a aprender en español y en el resto de lenguas cooficiales”.
Partido Socialista
Sin separación.
“Es necesario garantizar que no exista separación entre niños y niñas
en todos los centros financiados con fondos públicos”. Un MIR para
profesores. “Estableceremos un nuevo sistema de acceso a la profesión
con características similares al modelo MIR existente en la sanidad, que
contemple la superación de unas pruebas en las que se acrediten los
conocimientos científicos y didácticos de la especialidad a la que se
opta”.
Contratos-programa. “Se establecerán
contratos-programa con los centros que fijen objetivos para mejorar el
rendimiento, tanto en las tasas de éxito escolar como en las de
continuidad de estudios post-obligatorios”.
Auxiliares de idiomas.
“El número de auxiliares de conversación en los centros públicos pasará
de los 3.000 actuales a los 10.000 en la próxima legislatura”.
Fuente: Expansión.
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