viernes, 8 de julio de 2011

El cheque escolar seguirá vigente en Washington para ayudar a las familias más desfavorecidas

Las familias de bajos ingresos de Washington D.C. van a seguir teniendo la oportunidad de recibir un cheque escolar para que sus hijos puedan asistir a escuelas privadas o parroquiales. Este programa, financiado con fondos públicos, permite otorgar ayudas de hasta 12.000 dólares por alumno, en función de la renta familiar y el colegio elegido. Se beneficiarán de él unos 1.300 alumnos.
 
El programa comenzó en 2004, como parte de una estrategia para impulsar la mejora educativa en la capital; junto al cheque escolar, nuevos fondos públicos se canalizaron también a través de escuelas públicas y charter schools (escuelas públicas autónomas, que suman 28.000. alumnos).
 
Cuando los demócratas se hicieron con la mayoría en el Congreso en 2009, aprobaron un presupuesto que suponía no incorporar a nuevos alumnos a la fórmula del cheque escolar, lo que supondría la clausura del programa a partir de 2010.. Pero el cambio de mayoría en el Congreso tras las elecciones del año pasado ha favorecido la continuidad del programa.
 
El speaker de la Cámara de Representantes, el republicano John A. Boehner, utilizó su influencia para exigir la reautorización del cheque escolar como parte de la negociación con la Administración Obama en la disputa sobre el gasto público. Y así se aprobó para un periodo de cinco años.
 
A pesar de la oposición del alcalde de Washigton, el demócrata Vincet C. Gray, y de los sindicatos de profesores de la enseñanza pública, el programa cuenta con un gran apoyo entre las familias con bajos ingresos, que quieren poder elegir mejores escuelas para sus hijos. Según una reciente encuesta del Washington Post, el 70% de los padres con hijos en la escuela apoyan el cheque escolar. En el conjunto de la población, el respaldo llega a los dos tercios (con un porcentaje incluso mayor entre los afroamericanos).
 
La posibilidad del cheque escolar no ha supuesto una desventaja para las 123 escuelas públicas tradicionales, que también están mejorando. Por primera vez en una década, una mayoría (el 53%) de los padres que tienen a sus hijos en estas escuelas, piensan que están haciendo una buena labor. Los signos positivos incluyen un aumento de alumnos matriculados (hoy son 45.600), por primera vez en 40 años, y notables mejoras en los resultados de lectura y matemáticas.
 
La encuesta del Washington Post y de la Kayser Family Foundation revela, sin embargo, que todavía predominan las impresiones negativas sobre determinados aspectos de las escuelas públicas. Más de 6 de cada 10 habitantes de Washington piensan que las escuelas públicas no preparan bien a los alumnos para el college o para el mercado de trabajo.
 
Muchos padres siguen sin tener confianza en las escuelas públicas a la hora de elegir escuela para sus hijos. Empezando por el presidente Obama que, como tantos otros políticos demócratas, se manifiesta como ardiente defensor de la escuela pública, pero elige para sus hijas una prestigiosa escuela privada, Sidwell. Como dice un abogado, “uno no quiere hacer experimentos con sus hijos”.
 
Las escuelas públicas empezaron a mejorar desde 2007. Entonces pasaron a depender de la alcaldía, se firmó un nuevo acuerdo con los sindicatos de profesores y se cerraron dos docenas de escuelas que atraían pocos alumnos. Además todos los profesores se someten a una evaluación anual, que en algunos casos puede provocar su destitución si su rendimiento es bajo.
 

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