domingo, 12 de febrero de 2012

Ciudadanía: el fin de la "religión socialista"

Se archivarán 3.000 procedimientos judiciales al eliminarse la asignatura. 
  
  
12 Febrero 12 - R. Ruiz 
  
MADRID.- Durante los últimos cinco años, más de 27.000 colegios e institutos han venido impartiendo la asignatura de Educación para la Ciudadanía en la ESO y Bachillerato, una materia calificada de «adoctrinadora» y de «instrumento de pensamiento único» por el actual ministro de Educación, Juan Ignacio Wert, y considerada la «religión socialista» por la consejera madrileña de Educación, Lucía Figar.
  
Los manuales de la asignatura, entre ellos los más polémicos, como los de AKAL, ediciones del Serbal, el de la editorial Octaedro, Santillana, o McGraw Hill, que han indignado a cientos de familias españolas, dejarán de editarse para abrir paso a los nuevos manuales de «Educación Cívica y Constitucional».
  
La plataforma Objetores.org, especialmente activa contra la implantación de la materia, asegura que los manuales más polémicos no han tenido precisamente una presencia residual en las aulas, como aseguran algunos sino todo lo contrario. Centros como el IES Noreña, el IES Alborán, Juan del Encina o el Torre de los Herreros, todos ellos en Andalucía, una de las comunidades más comprometidas con la asignatura, son algunos de los colegios, por poner sólo unos ejemplos donde el alumnado se ha examinado de los libros más denostados.
  
«Son manuales que están haciendo mucho daño al alumno y estoy seguro de que la mayoría de sus padres ni conocen. Sin embargo, el debate hay que tenerlo a la vista de estos textos y la realidad que suponen», explica Mariano Bailly-Baillière, portavoz de Objetores.org. De hecho, asegura que sólo con una pequeña búsqueda en Google pueden encontrarse citas de libros de Ciudadanía que pueden llevar a unos padres a cuestionarse qué tipo de conocimientos recibe su hijo en el colegio o el instituto.
  
Éstas son algunas de las citas más controvertidas que pueden encontrarse en los manuales de Ciudadanía, según la recopilación realizada por Objetores.org:
  
«La máxima autoridad religiosa parece haberse plegado finalmente a los requerimientos ideológicos del sistema económico globalizado» (pag. 175); «algunos sectores de la Iglesia parecen dispuestos a agotar todas sus fuerzas en combatir las leyes civiles que legitiman la unión entre personas del mismo sexo... Afortunadamente no tenemos que anteponer sus enseñanzas a las de Jesucristo» (pag. 175). «Bajo el gobierno sandinista, en Nicaragua se dio lo más parecido a una democracia que se había podido contemplar jamás» (pag. 133) (Libro de AKAL de 4º de la ESO).
  
En el libro de Ciudadanía de la editorial Octaedro pueden encontrarse citas como las siguientes:
  
«Hay familias de personas homosexuales, ya sea de dos hombres o de dos mujeres, que pueden tener descendencia» (pg. 11); «Se han inventado varios y diversos métodos anticonceptivos que están al alcance de quien quiera usarlos (...) nos dará seguridad cuando nos enamoremos y queramos iniciarnos en las relaciones sexuales» (pág. 14); «En el mundo religioso, en general, las mujeres tienen un papel secundario y un poder muy reducido» (pg. 74). En el manual de Santillana para la ESO pueden encontrarse afirmaciones como las siguientes: «Debemos tener esperanza en que la ingeniería genética nos haga más sabios y menos agresivos» (pag. 93). O en el de Ediciones del Serbal los alumnos pueden leer: «En 1917, otra revolución, en Rusia, derrocó a los zares, devolvió al pueblo el poder e instauró un régimen de igualdad y libertades colectivas que se llamó socialismo» (pág. 64). Jaime Urcelay, presidente de profesionales por la Ética, cree que la batalla de Ciudadanía en las aulas y en los tribunales «ha sido larga y difícil y ha tenido dos claves  fundamentales: el protagonismo directo de los padres de familia y la tenacidad a la hora de sostener un pulso al Estado que se parecía mucho a la lucha de David frente a Goliat».
  
El fin de Ciudadanía archivará 55.000 objeciones de padres, 3.000 procedimientos reclamando el derecho a la objeción, 398 demandas al Estado español en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y ocho denuncias en foros internacionales.
  
Fuente: La Razón.

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