Por Alberto Navarro Vives, vicepresidente de la Asociación para la Defensa de los Valores Católicos en la Enseñanza (ADVCE).
Tras el anuncio del Ministro de Educación, José Ignacio Wert, acerca de la supresión de la asignatura Educación para la Ciudadanía, las
respuestas no se han hecho esperar y algunas editoriales están
estudiando demandar al gobierno por el enorme gasto que conllevaría
restituir los manuales ya editados para el curso que viene por otros que
se adaptasen a la nueva Educación Cívica y Constitucional.
ANELE (Asociación Nacional de Editores de libros y material de enseñanza), patronal que engloba a
casi la totalidad del sector dedicado a los libros de texto, aduce a
los 35 millones que supondría el coste de los nuevos manuales, y
sostiene que el gobierno ha tomado una medida precipitada sin antes
consensuarlo con los editores.
No obstante, y sin que ello suponga aprobar la nueva asignatura liberal del ministro Wert, consideramos oportuno realizar una serie de aclaraciones.
Antaño cuando fue introducida EpC
ninguna editorial criticó al gobierno socialista por modificar los
manuales de Ética, u otra asignatura similar, por la nueva EpC, ¿acaso
no hubo gastos económicos o es que existía una profunda sintonía
ideológica de las editoriales para con el temario adoctrinador? Respecto
a los gastos que corresponden al cambio de la asignatura, serán
compensados por las posteriores ventas de los nuevos manuales. Y si el
Gobierno de Zapatero no hubiese aprobado una materia tan controvertida,
hoy no estaríamos sumergidos en esta cuestión.
Mas
lo que verdaderamente ha supuesto un daño casi irreparable ha sido el
adoctrinamiento llevado a cabo por determinados manuales de EpC con las
jóvenes generaciones, presentándoles la verdad como mentira, lo malo
como bueno y la opinión progresista como dogma irrefutable de esta nueva
sociedad. Aunque la Educación Cívica y Constitucional no será otra cosa que un sucedáneo de EpC.
Por todo
ello consideramos que la pretendida acusación de ANELE contra el
Ministerio de Educación carece de fundamento, utilizando además la doble
vara de medir según la conveniencia de sus intereses ideológicos,
puesto que lo que está en juego no son las pérdidas económicas, que
serán las que sean, sino una juventud sana.
Fuente: Blogs HO.
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