El instituto tenía calefacción, el lema «primaveravalenciana» es de Compromís, y muchos arrestados no son alumnos del centro. La oposición intenta capitalizar la propuesta, que pierde fuerza cada día.
ROBER SOLSONA
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A. CAPARRÓS / VALENCIA
Día 23/02/2012
Un
problema de calefacción que jamás existió prendió la mecha de unas
protestas estudiantiles que se han propagado por toda España y que se
han focalizado contra el Partido Popular. Los alumnos del Instituto Luis
Vives de Valencia jamás pasaron frío en las aulas, toda vez que la Generalitat se encontraba al corriente de pago.
Tan falso como el problema de las estufas es el impostado lema que han hecho suyo los manifestantes. La «primavera valenciana» lleva la impronta de Compromís, la marca de Equo en la Comunidad Valenciana, que ayer admitió lo que había adelantado ABC.
Creó una web para apropiarse del término dos días antes de que se
produjeran las controvertidas cargas policiales del martes. Al hilo de
la información revelada por este periódico, el PP acusó a Compromís de
instigar las revueltas.
Ayer,
de hecho, se volvió a escenificar la sintonía entre políticos de la
oposición y manifestantes. Los primeros convocaron una marcha para
solicitar la retirada de los cargos por resistencia, desórdenes,
lesiones y atentado a la autoridad que pesan contra los 43 detenidos –ocho de ellos menores– por unos altercados que comenzaron el miércoles de la pasada semana.
Punto de inflexión
El
primer detenido, menor de edad, era estudiante del Luis Vives y su
arresto marcó el punto de inflexión de las protestas. El grueso –hasta
un total de dieciocho– tiene más de veintisiete años. Otros diecisiete
son estudiantes de Educación Secundaria y universitarios. Dos de ellos son militantes de Esquerra Unida, cuya líder, Marga Sanz, medió directamente para lograr su liberación.
Ayer,
a pesar del «impulso» de las formaciones políticas, apenas se
congregaron 6.500 personas –de acuerdo con la Policía Local– que
volvieron a tomar las calles en una manifestación en la que se constató
el cambio de estrategia policial,
con un despliegue más discreto que el del pasado lunes, en el que el
saldo de heridos se repartió en proporciones muy similares entre agentes –veintiuno– y manifestantes. Ayer, en cambio, las escaramuzas dieron paso a una marcha –esta vez con todas las autorizaciones en regla– que transcurrió por unos cauces pacíficos y sin incidentes reseñables.
Mientras,
los partidos de la oposición que se pusieron detrás de la pancarta y
desantendieron sus obligaciones parlamentarias –a la misma hora se
celebraba un pleno en las Cortes Valencianas–, van a articular todos los
medios para mantener la llama de las protestas. Para ello han contado con la colaboración de los docentes –damnificados
por los recortes de gastos de la Generalitat en una media de 150 euros
en el salario mensual–, que también han otorgado todas las facilidades a
sus alumnos para que participen en las protestas. De hecho, el claustro
del instituto Luis Vives emitió un comunicado en el que se denunciaba
la represión policial y alentaba a sus discípulos a continuar las
reivindicaciones.
En esta línea, la Inspección de Educación mantiene abierta una investigación para esclarecer si algunos profesores ofrecieron aprobados a los alumnos
que se sumaron a las marchas y para determinar si los docentes han
optado por no sancionar las faltas de asistencia relacionadas con la
presencia en las manifestaciones.
Fuente: ABC.
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