viernes, 3 de febrero de 2012

La situación de la asignatura de Religión: necesita mejorar

El nuevo Gobierno debe poner fin a las irregularidades que sufre esta materia.
  
La legislación especifica que la clase de Religión es de obligada oferta para los centros, y de elección voluntaria para los alumnos. También dice que debe ser tratada en las mismas condiciones que el resto de materias. En realidad, es lo mismo que ocurre en la mayoría de países de Europa. Sin embargo, el día a día de las aulas es distinto: presiones en los centros, irregularidades en la aplicación de la ley, asociaciones de padres con reivindicaciones sectarias... Los últimos en denunciarlo: padres, profesores y obispos del País Vasco. La clase de Religión es una asignatura pendiente para el nuevo Gobierno.
  
«Los centros escolares tienen el deber legal de ofertar la clase de Religión, desde Educación Infantil, Primaria y ESO, hasta Bachillerato. Lamentablemente, la enseñanza religiosa se ve sometida a presiones de diverso tipo y desde diversas instancias, con el fin de excluirla del ámbito educativo público, o disuadiendo a los padres de apuntar a sus hijos en dicha asignatura, utilizando argumentos poco solventes, muchas veces de marcado carácter ideológico, pero, ante todo, lesionando la libertad de las familias a ejercer un derecho fundamental que les asiste». Ésta es la enésima denuncia de los ataques contra la clase de Religión que sufren los alumnos de la escuela pública que eligen cursarla, que esta vez lleva la rúbrica de monseñor Mario Iceta, obispo de Bilbao. Con motivo de la apertura, en el País Vasco, del período de inscripciones para el curso 2012-2013, monseñor Iceta ha escrito una Carta en la que, además de denunciar la situación, recuerda que «las Administraciones y centros educativos tienen el deber de velar para que la legalidad sea respetada, y favorecer, ante todo, la libertad de las familias de elegir la educación según sus convicciones».
  
Argumentos sectarios
  
Los argumentos de marcado carácter ideológico que denuncia monseñor Iceta no son inventos. Hace unos días, la asociación de padres Ehige, que reclama «una escuela pública euskaldún, progresista, plural y laica», ha lanzado una campaña contra la clase de Religión, en la que dicen que «el 70% de las familias de Primaria y el 80% de Secundaria no elige Religión», por lo que el «alumnado que no elige Religión se ve obligado a recibir una asignatura denominada Alternativa Educativa Organizada, que en muchas ocasiones resulta ser de relleno». Así, dan por válidos sólo los datos de la escuela estatal (en la concertada, los porcentajes son los contrarios), y en lugar de reclamar que se cumpla la ley y la clase de Religión tenga una alternativa equiparable y con contenido curricular, proponen directamente suprimir la asignatura.
  
Con razón, don Pedro Ereña, profesor de Religión, y don Iñaki Bengoetxea, miembro de la Asociación de padres Anitzak, denunciaban ante los medios, hace unos días, que muchos centros vascos no ofrecían Religión, a pesar de que había padres que lo solicitaban (tras sus reclamaciones, 15 centros de Guipúzcoa tuvieron que volver a impartir la asignatura), y que muchas APAs alientan la vulneración de los derechos de otros padres. Así, vuelve a quedar a las claras que la situación de la clase de Religión necesita mejorar, y debe ser una prioridad para el nuevo Gobierno, si quiere que se respeten los derechos de los padres.
  
José Antonio Méndez 
  
Fuente: Alfa y Omega.

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