Madrid, 24 de enero de 2011.- CONCAPA considera disparatadas las declaraciones al periódico Magisterio del ideólogo de la asignatura Educación para la Ciudadanía, Gregorio Peces-Barba, en las que afirma que “los padres no se han preocupado nunca de la educación de los niños. En su momento la abandonaron a unos maestros ignorantes, después a religiosos…”.
Esta y otras afirmaciones contenidas en la entrevista nos indican el penoso conocimiento histórico de la educación por parte del Sr. Peces-Barba, cuando organizaciones como CONCAPA llevan casi cien años implicadas y preocupadas por esa educación de los niños de la que él parece sentirse adalid a sus 73 años. Además considera que la educación como cosa de padres es algo de “sectores católicos extremistas”, e incluso se permite atacar a los maestros de toda la vida tachándoles de “ignorantes”.
Por si fuera poco, para Peces-Barba la educación ha de estar en manos del Estado y proclama el artículo 27 de la Constitución como fundamento, pero no el texto que dice que “los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (art. 27.3) sino que se ampara en el 27.2 (“la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”), y añade que los padres se dediquen a la ética privada, que el Estado se encargará de todo lo demás. Es decir que, en lugar de ofrecer un planteamiento que permita crecer a la persona, sigue anclado en la más rancia ideología de regímenes totalitarios del siglo pasado que se han distinguido por su obsesión en reeducar al individuo, lo que ha ocasionado grandes masacres.
Peces-Barba ironiza con la asignatura de Religión diciendo que “en los colegios privados tienen todo el derecho si quieren a no dar Matemáticas, que sus hijos sean unos burros y sólo den Religión”, cuando la realidad está en los resultados académicos de los centros y no en la materialidad de una asignatura que, por otro lado, forma parte de la formación que está de acuerdo con las convicciones de los padres. Tampoco en este caso es capaz de asumir una simple crítica contra sí mismo, ni mucho menos de reconocer el deterioro educativo al que hemos llegado con sus planteamientos ideológicos.
En esta misma línea, se permite atacar a las Comunidades Autónomas que se esfuerzan en mejorar la libertad de elección de centro educativo como Madrid o Valencia por no coincidir con sus postulados.
Finalmente, lamentamos la falta de objetividad y de libertad que muestra el Sr. Peces-Barba, su rabioso anticlericalismo y su minusvaloración del papel de los padres y profesores de este país, algo con lo que no estamos en absoluto de acuerdo. Estamos, sin duda, ante el otoño de un patriarca incapaz de admitir otras ideas que no sean las suyas, anclado en fobias e ideas que han demostrado su obsolescencia en la mayoría de los países democráticos.
Fuente: CONCAPA.
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