Por Padre Objetor.
¿Reconoce usted la siguiente definición de ciudadanía?:
Ser ciudadano europeo representa un gran proyecto, que trasciende el contenido del artículo 8 fundador del Tratado de Maastricht o los artículos del Tratado de Lisboa sobre el funcionamiento de la Unión Europea; es la elaboración de una cultura común más allá de las fronteras estatales, que conduce a una ciudadanía transnacional que obliga a la política a armonizarse con la libre circulación de personas, ideas y mercancías. Además de los valores expresados por la tríada Libertad, Igualdad, Fraternidad, a la cual nosotros añadimos la laicidad, es también la aceptación de nuevos valores cívicos como la igualdad entre sexos, la no discriminación, la solidaridad, la pluralidad cultural y lingüística, la multiplicidad de referentes y de opciones a escoger, etc.
Podría encontrarla en cualquier libro de Educación para la Ciudadanía de los que estudian sus hijos o los hijos de su vecino. Pero está extraída del texto «Contribución a la Ciudadanía Europea», tema del año 2010 de la COMALACE (Contribución de las Obediencias Masónicas Liberales y Adogmáticas a la Construcción Europea), que puede encontrar en el sitio web de la Gran Logia Simbólica Española.
Teniendo en cuenta que la Masonería aboga por la aceptación de nuevos valores cívicos como (…) la multiplicidad de referentes y de opciones a escoger, etc., no es extraño que celebre las alegaciones que el Abogado del Estado ha enfrentado en el Tribunal Constitucional a unos padres que pretenden hacer valer su objeción de conciencia ante las asignaturas de EpC.
Esta multiplicidad de referentes y de opciones a escoger se concreta en el escrito del letrado personado en el TC mediante una afirmación que a muchos ha puesto los pelos como escarpias:
“La concepción filosófica que presupone la democracia es el relativismo”.
¿Y qué otra cosa es el relativismo que una indiscriminada multiplicidad de referentes y de opciones a escoger? Negro sobre blanco. El Abogado que comienza sus alegaciones echándose las manos a la cabeza por la pretensión de unos individuos de objetar a una ley promulgada, caso que, a su juicio, daría por tierra con todo el entramado legislativo democrático, termina sus alegaciones confundiendo tolerancia con relativismo y estableciendo que es éste el fundamento del estado democrático. O sea, que todo vale lo mismo. ‘Gato negro o gato blanco, lo importante es que cace ratones’.
Todo vale menos la civilizada y razonada oposición de unos padres a que sus hijos sean adoctrinados en contra de sus valores. Un relativismo pasado por la ‘ley del embudo’: todo vale para el Estado, nada para el indivíduo que no haya sido concedido por el Estado.
No extraña pues, que los masones hayan reconocido en el alegato del Abogado del Estado sus tesis claramente explicitadas, a cara descubierta:
¿Está justificado plantear la Objeción de Conciencia a esta asignatura, argumentando que ésta viola el derecho de los padres a educar a sus hijos en las doctrinas religiosas y morales según sus convicciones, y no respetar el relativismo, la neutralidad ideológica y el pluralismo que quiere impartir en la escuela el poder público? Eso es lo que deberá dilucidar el Tribunal Constitucional. Ya es conocida la condena explícita del máximo dirigente de la Iglesia CAR, el Papa Ratzinger respecto al relativismo. Podemos adivinar de todo lo que será acusado el abogado del estado ponente y redactor de las alegaciones ante el alto tribunal Sr. Jesús García Torres, (…). “Ateo” y “Masón” serán, sin duda, algunos de sus improperios. La Caverna está al acecho, día a día, y los librepensadores debemos decir en voz alta que creemos en la verdadera libertad de conciencia y como no, en la ciencia.
El Masón Aprendiz , 29/12/2010
Estará usted conmigo, señor Aprendiz, aunque sólo sea por esta vez, que tachar de masónica la argumentación del Abogado del Estado no es una acusación carente de fundamento.
Fuente: Diario de un Padre Objetor.
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