miércoles, 22 de junio de 2011

Educar para destruir: materia obligatoria

La EpC mexicana se denomina "Cultura de la legalidad, ciudadanía y democracia".
  
Norma Barba de Muñoz | 21 de Junio de 2011
 
Como un tentáculo más de la reingeniería social para la deconstrucción en México, se aprobó desde hace dos años (2009) el programa y asignatura estatal: "Cultura de la legalidad, ciudadanía y democracia" para niños y adolescentes de entre tres y 14 años de los tres niveles básicos de educación del Distrito Federal.
 
Programa y asignatura que viene a ideologizar a nuestros hijos y hacer operativas todas las leyes anti persona y familia aprobadas en los últimos tres años en la capital, como ya ha sucedido en España desde hace un lustro con la materia de "Educación para la Ciudadanía".
 
El jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, como el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, tienen claro que hay que legislar para garantizar el cumplimiento del nuevo modelo social, implementar políticas públicas para fortalecer los principios rectores, y educar para permear y hacer aceptable los nuevos criterios que generan un cambio de pensamiento.
 
Tal como lo señaló el presidente español en el 2008 ante el congreso de su partido (PSOE): "Desde hace más de un siglo sabemos que la fuerza que arrastra al mundo es la de las ideas. Por eso debemos hacer dos cosas a la vez: transformar el presente desde el gobierno y el futuro desde las ideas".
 
Tanto la izquierda del Distrito Federal como la española, encuentran en este pensamiento su forma de actuar para la "deconstrucción social", (resquebrajamiento de los valores personales, sociales y familiares) y la imposición de una moral única basada en tres grandes pilares:
 
El relativismo, (donde no existe ninguna verdad absoluta), en el positivismo jurídico (donde la ley creada por el legislador nos dicta lo bueno y lo malo y está no está intrínsecamente ligada a su voluntad sino a la justicia) y el laicismo (donde las religiones son fuente de retroceso y opresión).
 
Por ello no es de sorprenderse, ni adjudicárselo a la casualidad que ambos gobiernos implementaran programas educativos similares que generen una nueva "ética común" o "conciencia moral cívica" donde el Estado determina la verdad y la moral, lo bueno y lo malo, regulando la vida privada de los ciudadanos y obligándolos a asumir estos criterios como propios aunque estén en desacuerdo.
 
Intromisión a la privacidad que va aparejada de la pretensión del estado por convertirse en educador moral, arrebatándonos a los padres este derecho y función que nos es exclusiva para formar a nuestros hijos en congruencia con nuestros principios y creencias, por ser esencial para la implantación social del nuevo orden.
 
Es así que tanto la materia de "Educación para la Ciudadanía" en España, como la de "Cultura para la legalidad, ciudadanía y democracia" en el Distrito Federal, tienen como propósito enseñar a nuestros chicos que:
 
a) Los seres humanos no son iguales.- Afirmación que no sólo contraviene a la concepción antropológica de hombre, sino que sienta las bases de la teoría sexista que reza que toda diferencia genera desigualdad y toda desigualdad genera opresión. Por lo que la maternidad es limitativa, el derecho al aborto es liberalizador, etcétera.
  
b) Construcción de una conciencia moral.- Se basa en lo que la ley (Estado) diga que es bueno y qué es malo: el aborto como derecho de la mujer sobre su cuerpo, las uniones de homosexuales son familia, la paternidad es un derecho de los homosexuales y no del menor a tener padres, etcétera.
  
c) La identidad personal se crea a través del reconocimiento, respeto y aceptación de que no somos iguales.- Esto incluye la posibilidad legitima de podernos reinventar (cambiar de sexo y género, etcétera.).
  
d) La democracia más que un sistema político debe convertirse en "una forma de vida".- Bajo este principio las mayorías dictan la verdad y todos así debemos acatarlas.
  
e) La autonomía moral debe estar ajena a toda religión y persona.
 
Enseñanzas que hoy reciben alumnos de secundaria en el D.F., y cuyo contenido pretende sea transversal para las demás asignaturas, de tal suerte que se asegure posicionar estos pensamientos en todos los ámbitos y temas para hacerlos reglas culturales y sociales de convivencia en este esquema social de deconstrucción.
 
Pero no todo está escrito, aunque ya está puesto en marcha esta asignatura, se encuentra en una fase piloto y como en España tenemos recursos para dar marcha atrás.
 
Humanicemos la educación. ¡Humanízate!
 
Fuente: YoInfluyo.com.

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