Por José Rafael Sáez March.
Es que no hay forma. Ni con los socialistas, ni con los populares. Da igual que el señor Rajoy haya manifestado en público que, si llegaba a gobernar, eliminaría la EpC de los currículos escolares. Lo dijo al menos en dos ocasiones, cuando el movimiento objetor estaba en plena efervescencia y seguramente le convenía tenerlo de cara. En estos momentos, el movimiento sigue vivo, aunque su lucha se centra más en los altos tribunales que en los medios de comunicación. Los objetores todavía exigimos una respuesta legal adecuada a nuestra demanda y esperamos que ésta llegue. Al menos desde Estrasburgo.
Continuamos pidiendo una solución porque nos parece tan intolerable como siempre que el Estado se entrometa en la formación moral de nuestros hijos, menos aún inculcando particularismos ideológicos y actitudes al gusto del gobierno de turno. Lo mismo nos da si tal gobierno es socialista o cualquier otro. Aún creemos en el derecho constitucional de los padres a escoger la línea en que han de ser educados sus hijos. Es un derecho fundamental, sin el cual no existe la libertad, ni la democracia. Esto ha de quedar absolutamente claro: no queremos una EpC de Zapatero, pero tampoco la queremos de Rajoy.
Dice ahora el líder popular que modificará los contenidos de la EpC, o sea, que no la quitará. Igual que decía el PSOE: que sólo dejarán los temas sobre la Constitución, Unión Europea, etcétera. ¡Que no, que no y que no! ¿Dejar en manos de los políticos la selección de los contenidos de una materia que se inmiscuye en la moralidad? ¡Ni en broma! Los políticos que se preocupen de la calidad de la enseñanza, que da vergüenza en España, y que dejen a los padres ocuparse de lo que les corresponde. ¿Acaso don Mariano ha descubierto ahora el poder fáctico que conlleva manipular la educación obligatoria?
Espero que no, que no se les haya subido el poder a la cabeza antes de ejercerlo y que no estén pensando en semejante fechoría como los socialistas. La tentación totalitaria siempre planea sobre la cabeza de los políticos, o lo que es lo mismo, la erótica del poder con facilidad lleva a los gobernantes a abusar del mismo. Sin descartar que exista en los populares una estúpida dosis de triunfalismo anticipatorio hacia el 20-N, un torpe ejercicio del cuento de la lechera, creo que a Rajoy le siguen moviendo razones más tontorronas, ese miedecillo de sus complejines electorales de siempre.
Continúa el PP a la deriva, sin atarse a principios claros por convicción y no sólo por conveniencia. Les cuesta definirse, mojarse con unos valores, con pánico a parecer demasiado fachas o demasiado progres. Se autodenominan “de centro”, como si tal cosa fuese algo más que un simple eufemismo de la mediocridad, la medianía y la falta de compromiso. Ahora ya no les interesa tener contentos a los que nos oponemos a la EpC, ni tampoco a sus defensores. Un arreglito es lo que pretenden, como siempre. Pues no, los padres objetores no nos conformamos. Ya es una cuestión hasta de honor.
La EpC tiene que desaparecer. Los temas sobre la Constitución y la Unión Europea son de Ciencias Sociales y no requieren asignaturas específicas para tratarlos. Mucho menos unas materias que incurren en terrenos de actitudes morales. Si quieren que a la escuela vuelva la enseñanza de pautas de comportamiento cívico, que se rescate la antigua “urbanidad” y que los niños aprendan reglas básicas de buena educación y cortesía. Son cosas que deben enseñarse en casa, pero no estaría mal que en la escuela se reforzasen este tipo de aprendizajes. Pero adoctrinamiento sectario, ni hablar.
Así que, señor Rajoy, no se confíe tanto con su prevista victoria y vaya teniendo en cuenta las demandas de los ciudadanos liberales y conservadores, que son quienes les votan. A ver si tratando de esquinarse para repescar algunas papeletas de la gente que votó al PSOE, se quedan sin su bolsa natural de votantes. No se equivoque de caladero, don Mariano, que no se puede siempre nadar y guardar la ropa. Para muchos de nosotros, la eliminación de la EpC es ya casi una bandera de identidad a la que no vamos a renunciar jamás.
No se meta en arreglitos con este maldito grupo de asignaturas. No queremos que retoquen los currículos como a ustedes les parezca bien. Somos muchos los que hemos sufrido, junto con nuestros hijos, para llevar adelante arduas objeciones de conciencia. Somos muchos los profesionales que hemos estado colaborando desinteresadamente para ayudar a las familias en estos follones y peleas. Queremos que se ponga en su sitio ya de una vez y borre del mapa la EpC de manera integral y para siempre.
Demuestre usted, señor Rajoy, que posee una talla moral superior a la de sus adversarios políticos y mantenga la palabra dada. No acuse a los socialistas de mentir y luego mienta usted. Si prometió que eliminaría la EpC, ¿por qué ahora dice otra cosa? ¿Va a contribuir usted a que la palabra política vuelva a inspirar confianza, o todo lo contrario? Déjese de chorradas y prometa en firme y en programa que va a derogar la EpC sin más reparos. Queda escrito que los padres objetores no votaremos a quién no nos libre de esta pesadilla.
Fuente: ForumLibertas.
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