miércoles, 21 de diciembre de 2011

Padres europeos piden que se legisle un permiso laboral para ir a tutorías

El presidente de la EPA ha explicado que, al igual que existen los permisos laborales para acudir al médico, deben regularse los que faciliten que los padres puedan reunirse en su jornada de trabajo con los profesores de sus hijos, dado que los progenitores son los primeros educadores y deben implicarse en la Educación. 
  
Por Magisnet.
  
La Asociación Europea de Padres de Alumnos (EPA) reivindica que los países legislen permisos laborales que permitan a los progenitores acudir a las tutorías educativas de sus hijos dentro de su horario de trabajo, ha dicho a EFE su presidente, Johannes Theiner.
 
Theiner y su antecesor en el cargo, Diego Barroso, han asistido en Madrid a la reunión en la que se han presentado las conclusiones del proyecto europeo "Indicadores de participación de los padres en la enseñanza obligatoria" (IPPE), en el que se han evaluado distintos indicadores en 15 países, que cubren el 82 por ciento de la población escolar de Europa.
 
El presidente de la EPA ha explicado que, al igual que existen los permisos laborales para acudir al médico, deben regularse los que faciliten que los padres puedan reunirse en su jornada de trabajo con los profesores de sus hijos, dado que los progenitores son los primeros educadores y deben implicarse en la Educación.
 
Ha añadido que ese permiso sólo se establecería durante el periodo escolar y habría que marcar un determinado tiempo para asistir a las tutorías, con el fin de evitar abusos.
 
Esta es una de las reivindicaciones de la EPA, formada por medio centenar de asociaciones de padres de alumnos de 27 países de Europa, que plantearán esta petición a sus respectivos gobiernos nacionales, dado que son los que tienen la competencia educativa.
 

La EPA también establecerá contactos con la Comisión Europea sobre este asunto, según Barroso, quien insiste en que, en la mayoría de las ocasiones, los padres no pueden acudir a las tutorías en su horario laboral y tienen que pedir el "favor" al profesor para reunirse cuando este ya ha terminado su jornada.
   
Barroso reitera la necesidad de que los padres se impliquen de forma práctica en la Educación de sus hijos, aunque el diseño del actual mercado laboral no lo facilite siempre, y aboga por una efectiva conciliación laboral y familiar para lograr ese objetivo.
 
La asistencia de los padres a las tutorías educativas de sus hijos es un derecho individual, según Theiner, para quien también debieran legislarse permisos o establecer una mayor flexibilidad para que los miembros de las Juntas Directivas de las Asociaciones de Padres puedan asistir a reuniones o encuentros.
 
Se ha referido a que hay estudios e investigaciones que demuestran que el rendimiento escolar de los alumnos mejora con una adecuada implicación de sus progenitores en su Educación.
 
Sin embargo, cree que no todo debe centrarse en el rendimiento escolar, dado que debe favorecerse una Educación y formación integral de los hijos, para lo que es muy importante la cooperación entre los padres y los profesores.
 
Hay que tener en cuenta también otras competencias de los alumnos, como sus hábitos de trabajo y esfuerzo y sus valores, que permitan configurar la persona en su integridad, en donde tienen un papel importante los padres, ha dicho Barroso, para quien "no puede ser que la Educación esté en manos del gobierno de turno".
 
La coordinadora por parte de España del IPPE y catedrática de Derecho de la Universidad de La Rioja, Ana Vega, ha comentado a EFE que debe ser mayor la implicación de los padres en la Educación de sus hijos, tanto en el ámbito de la escuela como en el del hogar.
 
"Hay veces, cada vez con mayor frecuencia, en la que la televisión y el ordenador asumen el papel de educador que se les escapa a los padres", asevera Vega, también responsable de la Cátedra Unesco Ciudadanía Democrática y Libertad Cultural de la Universidad de La Rioja.
 
Para ella, ahora no es tan importante el expediente académico de un alumno, sino otras habilidades que son más demandadas por el mercado laboral, como las competencias sociales, los idiomas y la capacidad de trabajar en equipo.
 
El riesgo que puede existir de generar un producto educativo tan "pegado" al mercado laboral, según Vega, es que se pierdan otras facetas del mundo universitario, como la capacidad de lectura y de reflexión, en el contexto de lo que se denomina "la crisis de las humanidades".
  
Fuente: Magisnet.

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