Los contactos con profesores y padres comenzarán en
dos semanas con el objetivo de perfilar el decreto presentado en la
anterior legislatura.
Un estudiante ojea su libro de texto de inglés poco antes de empezar las clases | IRENE MARSILLA
03.09.11 - J. BATISTA | VALENCIA.
Pocos días después del triunfo electoral del PP en las
elecciones autonómicas, el entonces conseller de Educación, Alejandro
Font de Mora, presentó el decreto para implantar la enseñanza
plurilingüe en la Comunitat. El objetivo del borrador es conseguir que
los colegios lleguen a impartir un tercio de las asignaturas en
castellano, otro en valenciano y el resto en inglés mediante una
implantación progresiva. Se crea así una línea única, trilingüe, donde
se igualará el peso de las lenguas vehiculares para 'atacar' la escasa
competencia de los alumnos de la Comunitat (y de España) en el dominio
del inglés.
Las críticas no se hicieron esperar, fundamentadas en que
el modelo supone una pérdida de peso del valenciano en la educación
pública y en que no ha contado con el consenso de la comunidad
educativa. Tras el cambio de titular en la conselleria, José Císcar
anunció su intención de reunirse con todos los sectores para negociar un
decreto lo más consensuado posible.
Según explicaron a LAS PROVINCIAS fuentes de la
Conselleria, en dos semanas se convocará a la junta de portavoces de la
mesa sectorial de Educación para trazar el calendario de reuniones con
los sindicatos, aunque la idea es implicar a todos los representantes
educativos, desde equipos directivos hasta expertos o asociaciones de
padres. Las mismas fuentes añadieron que la Conselleria estaría
dispuesta a negociar el peso de las diferentes lenguas en la línea
única, de manera que no tendría por qué impartirse un tercio de las
asignaturas en cada idioma.
Eso sí, «no se tomará ninguna decisión que desvirtúe la
esencia del decreto», matizaron. En otras palabras, no se hará nada que
vaya en contra de un mejor conocimiento de la lengua extranjera. Además,
hay que recordar que la línea única figuraba en el programa electoral
del PPCV, lo que obliga al Consell a mantener el proyecto.
Al clima de negociación han contribuido las últimas
declaraciones del presidente de la Generalitat, que insiste en potenciar
la enseñanza en las tres lenguas, aunque a través del consenso. «Todo
es revisable», dijo en relación a la posibilidad de cambiar el decreto.
Además, tras recibir a la portavoz de Esquerra Unida,
Marga Sanz aseguró que Alberto Fabra se comprometió a estudiar vías para
introducir el inglés sin «desmontar» la línea educativa en valenciano.
Cómo conseguirlo está en manos de Císcar y su equipo. Sin
duda, la posibilidad de negociar el peso de las lenguas servirá para
reducir las suspicacias de los colectivos que abogan por potenciar la
enseñanza en valenciano (la mayoría de sindicatos, la FAPA y Escola
Valenciana), que además han sido los que mayor oposición mostraron al
borrador del futuro decreto.
Cuando Font de Mora presentó el proyecto, se habló de una
línea única con una presencia equilibrada de las tres lenguas (33% de
las asignaturas) que se conseguiría de forma progresiva. Pero al día
siguiente se conoció que el decreto se estructuraba en dos programas. El
primero, el Plan Plurilingüe Inicial (PPI), será obligatorio y supondrá
impartir la mitad de las asignaturas en castellano y el resto en
valenciano, aparte de la dedicada a la lengua extranjera. Así, se pasa
del sistema bilingüe actual (enseñanza en castellano o valenciano) a la
línea única, igualando la presencia en las aulas de las lenguas
oficiales.
La otra vía es el Plan Plurilingüe Avanzado (PPA), el que
incluye un tercio de las materias en cada lengua, aunque tiene carácter
voluntario, dejando a cada centro la libertad de implantarlo. Educación
argumentó que la ley no le permite establecer la obligación de impartir
materias más allá de las lenguas oficiales, a excepción del inglés, por
lo que se plantean una serie de incentivos para conseguir que el mayor
número de centros acepten pasar del PPI al PPA.
Que exista la posibilidad de modificar el peso de los
idiomas en ambos programas abre un abanico de posibilidades. Por
ejemplo, podría permitir que la línea única se flexibilizase, dando más
presencia al valenciano o al castellano en función de las zonas
lingüísticas de la Comunitat y de la demanda de alumnos existente.
La primera oportunidad de José Císcar para mostrar su
talante negociador la tendrá el lunes, cuando se reunirá con Escola
Valenciana, entidad que defiende la educación en valenciano. En un
comunicado, explicaron que en el primer encuentro que mantienen con un
conseller tras 16 años de vigencia le plantearán su oposición a que
desaparezca la línea de enseñanza en la lengua de la Comunitat.
Fuente: Las Provincias.
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