domingo, 29 de enero de 2012

¿Qué Educación queremos?

Padres, profesores y alumnos tienen la palabra.
  
O.Novoa | R.Gómez | I. Pérez | J. Oms | Madrid | Sevilla | Valencia | Barcelona 
  
La Educación sigue siendo una asignatura pendiente en España. Según el último informe Pisa seguimos estando en el vagón de cola europeo en competencias básicas educativas: los alumnos españoles obtuvieron el puesto 26 del total de 34 países que participaron en este estudio realizado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
  
Y no será por leyes. En las últimas décadas España ha experimentado una docena de reformas educativas, y este año, si se cumplen las palabras del nuevo Ministro de Educación, podríamos ver la próxima. Quizás José Ignacio Wert nos dé alguna pista este martes, cuando comparezca por vez primera en el Congreso para explicar las líneas de su departamento en la presente legislatura. Sin embargo, hemos preferido adelantarnos y preguntar a los verdaderos actores de esta película, alumnos, padres y profesores, qué cambiarían ellos para hacer una Educación mejor. 

'Una asignatura llamada Juegos'
  
Nuria Valladares, estudiante de 5º curso de Educación Primaria (Sevilla) 
 
Nuria es joven, pero lo tiene claro. A ella le gustaría "que hubiera más clases en las que pudiéramos hablar con nuestra 'seño' y nuestros compañeros y que pudiéramos hacer cosas más divertidas, no sólo estudiar y trabajar. Deberían poner una asignatura llamada Juegos." Y no es todo, a sus 10 años también sabe que no le gusta "que nos pongan deberes para casa. También me gustaría que pudiéramos utilizar más el ordenador". 
  
'Un sistema encorsetado'
  
Alexa Diéguez, madre de una niña de 15 años y un niño de 7 (Madrid)  
  
Y Alexa, aunque no conoce a Nuria, está de acuerdo con ella. El sistema es "muy encorsetado. Se trabaja todo centrándose en libros, en vez de ser mas imaginativo y adaptarse a cada grupo de alumnos". Además, "no se tiene en cuenta las peculiaridades de cada niño, no se miden las velocidades ni las aptitudes. Al ser todo tan estandarizado no se fomentan las virtudes del niño, pero tampoco se trabaja todo lo que se debiera los puntos de mejora". A eso se le añade la temprana llegada al instituto, en primero de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO): "Los hace mayores antes de tiempo, los deja al pairo, con mucho menos control en una edad muy conflictiva, y empiezan a renquear y a hacer vida de adolescentes mucho antes". 
  
'La ratio profesor-alumno'
  
Alicia Chocarro, profesora de Física y Química, IES Ciudad de Jaén (Madrid)
  
Alicia opina lo mismo: "Mandaría primero de la ESO al colegio, porque ya se están maleando con los mayores en vez de ser los reyes del colegio", y haría "un bachillerato más largo, con itinerarios en 4ºde la ESO para separar a quien va a ir a la Universidad de quien querría hacer FP o del que opte directamente por el mercado laboral." Sin embargo, para ella lo fundamental es "la ratio profesor-alumno". La diferencia entre un grupo de 18 alumnos y otro de 28, dice, es abismal, algo que se ha visto afectado por los recortes en su Comunidad Autónoma.
  
"La Educación se ha convertido en una fábrica cuando yo creo que es artesanía: grupos pequeños, conociendo a cada alumno, y trabajando con él." También encuentra "los temarios demasiado amplios, no da tiempo a parar, a reflexionar, a desarrollar proyectos". Y echa en falta que el profesorado coordine más los contenidos entre las asignaturas del curso, que se trabaje mejor en equipo. 

'No se preocupan por tu nota media'
  
Blanca S., estudiante de 1º de Bachillerato (Madrid) 
  
Blanca lamenta que los profesores no prestan atención a sus inquietudes: "No se preocupan de lo que te gustaría estudiar después para intentar potenciarte en esas materias, ni siquiera te preguntan. Y, por ejemplo, si ven que alguien es muy bueno escribiendo o con las ciencias y podría irle bien por ahí, no le potencian para que mejore eso. Y no se preocupan por tu nota media aunque ven que nosotros estamos muy agobiados por eso". También se queja de que no intentan implicar a los alumnos menos interesados o que se comportan peor: "Les regañan, pero ni avisan a sus padres ni nada y al final ellos siguen interrumpiendo el ritmo de los demás y sin mejorar tampoco ellos". 
  
'El escaso éxito escolar'
  
Vicente Baggetto, presidente de la Asociación de Directores de IES del País Valenciano y vicepresidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Directivos de Centros Públicos
  
Para Vicente Baggetto, para acabar con "el escaso éxito escolar" -otros dirían el gran fracaso escolar- hace falta prestar "mayor atención a los alumnos con más necesidades y también a los alumnos notablemente buenos. Conjugar equidad y excelencia es el reto que tenemos por delante", explica.
  
Para ello hay que "eliminar el debate partidista de la Educación, que no puede estar a expensas de los bandazos que ha dado en los últimos 25 años". Los medios materiales y humanos es condición necesaria, pero no suficiente: "Hay países con dotaciones similares pero su porcentaje de éxito escolar es muy superior". En parte, atribuye las dificultades al desigual reparto de alumnos recién llegados al sistema, tanto inmigrantes como aquellos con necesidades especiales, que en muchos centros públicos desbordó los recursos en la primera década del siglo. Aunque admite que "posiblemente, el conjunto del profesorado no hemos sido capaces de cambiar completamente nuestras costumbres didácticas o pedagógicas" pese a todo el esfuerzo realizado para ello. Y en cuanto al bachillerato, está entre los convencidos de que hace falta ampliarlo un año más. 

'Cumplir todo el ciclo de la ESO'
  
Montse Milán, profesora de Ciclos Formativos, IES Joan d'Àustria (Barcelona)
 
Para Montse, sin embargo, alargar un año el Bachillerato "no va a ayudar a los graves problemas que tenemos los docentes y el sistema en general", aunque no es contraria a ello. La situación, dice, es límite: "El fracaso escolar es alarmante" y lo prioritario es "garantizar que los alumnos lleguen con el nivel formativo mínimo para afrontarlo", para lo cual "es necesario que se cumpla con todo el ciclo de la ESO. Hasta los 16 años. Prepararlos más y mejor y no obligar a los alumnos a escoger una vía academicista antes de tiempo". 
  
'Falta de interés'
  
Cíes Garcés, estudiante de Anatomía Patológica (Vigo) 
  
Cíes acaba de dar el salto y todavía tiene fresco su paso por el instituto, que abandonó el año pasado. ¿Su mayor queja? "Los profesores no tenían interés en dar clase, y eso hace que el alumno pierda interés en aprender. Daban la materia y si tú no lo entendías tampoco hacían un esfuerzo para que lo asimilaras. Así, el alumno ni se implica ni se interesa". En ocasiones, esa falta de apoyo se traduce en peores calificaciones que pueden ser definitivas para acceder o no a la Universidad. "A veces, en los exámenes te quitan puntos por tonterías, de forma que en vez de poder tener un 8 o un 9 tengas un 5". Y sabe de lo que habla. Pese a tener una media de 8 sobre 10 en el bachillerato, el 11 sobre 14 en que se quedó su nota tras la selectividad le cerró el paso a Medicina. Aunque no ha tirado la toalla, y espera acceder usando Anatomía Patológica como 'pasarela' hacia su soñado destino laboral. 

'Nociones básicas'
  
Marta Pérez, profesora de Música del Colegio Ramón y Cajal (Madrid) 
  
Esta profesora de primaria es tajante: "Cambiaría primero los profesores de primaria y la carrera de magisterio, que está mal planteada. En tres años no te pueden enseñar lo necesario, hay que tener una vision un poco más amplia." También en la enseñanza de 6 a 12 años dedicaría más tiempo a las nociones básicas: "Se dan muchos conocimientos muy específicos y poco conectados con su experiencia y los niños los olvidan. Los niños deberían estar escribiendo, leyendo, haciendo teatro, deporte y trabajando las nociones más básicas." A ello se suma la falta de conexión entre materias: "Son conocimientos aislados por áreas, que no se relacionan y que a ellos no les sirven. Se pierde mucho el tiempo en eso y a los niños les aburre". Y remata con una pizca de autocrítica: "Cuando llevas unos años, en Educación, como en otros trabajos, uno tiende a estancarse un poco, e introducir métodos nuevos no es sencillo". 

'Reorganizar el currículum'
  
Luisa Romero, profesora del colegio concertado Santa Ana (Sevilla) 
  
Luisa Romero también cree que hay que disminuir el número de alumnos por clase y "conseguir una enseñanza más personalizada y de calidad". Esta profesora de Sevilla también opina que debería reorganizarse el currículum con menos materias, que "debería ser más abierto y flexible", además de tener la "posibilidad de interrelacionar las asignaturas y no convertirlas en departamentos estancos". Apostaría por el bilingüismo y por un "pacto de Educación entre políticos, familias, docentes y alumnos que genere una Ley que prevalezca en el tiempo, independiente de los cambios de Gobierno". También considera imprescindible dignificar la figura del docente y dotar mejor los colegios concertados como en el que trabaja. 

'Eliminar la burocracia'
  
Gonzalo Guijarro, portavoz de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía 
  
Otros, como Gonzalo Guijarro, piensan que "sería muy conveniente suprimir las subvenciones a la concertada: o enseñanza pública o privada, pero no privada financiada con dinero público". En lo que sí coinciden ambos es en la necesidad de "eliminar el exceso de burocracia inútil".
  
El portavoz de los profesores andaluces considera que "hay que acabar de una vez con el control ideológico que ejercen los pedagogos sobre el sistema. Despolitizar a la inspección, devolviéndole su carácter técnico, así como endurecer las pruebas de acceso a la función docente". Y en cuanto al bachillerato, alargarlo a tres años le parece "una medida en la buena dirección, pero absolutamente insuficiente, dado el colapso actual del sistema". ¿Su apuesta? itinerarios académicos a partir de los 12 o 14 años. 

'Cambiar la mentalidad de los políticos'
  
María José Navarro, presidenta de Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Valencia 
  
Esta madre implicada desde hace años en el ámbito educativo atribuye el fracaso escolar en su Comunidad a la falta de inversiones de la administración autonómica. Para ella, la solución pasa por "cambiar la mentalidad de los políticos para que creyeran más en la escuela pública, que podría funcionar muy bien si, al margen de mayores inversiones, los gobernantes se la creyeran".
  
Fuente: El Mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios