Monseñor Casimiro López, presidente de la Comisión episcopal de Enseñanza, de la CEE.
Monseñor Casimiro López, obispo de Segorbe-Castellón y Presidente de la Comisión episcopal de Enseñanza y Catequesis, de la Conferencia Episcopal, explica que, ante la emergencia educativa, «la labor de la escuela católica es decisiva», siempre que se enmarque «dentro de la misión evangelizadora de la Iglesia», porque «la verdadera calidad de la enseñanza es formar a personas que encuentren el sentido de su vida», y reclama un concepto de educación integral de los jóvenes, «sin que, desde el Estado, se elimine la dimensión transcendente de la persona».
¿Qué misión tiene la escuela católica en la era de la nueva evangelización?
Tiene una importancia decisiva, con la familia y la parroquia, porque es
dentro de la misión evangelizadora de toda la Iglesia donde se enmarca
su labor. La escuela católica está llamada a ofrecer su tarea educativa
siempre desde su identidad católica, y su misión consiste en ofrecer una
formación integral, pero desde un proyecto basado en Jesucristo y en el
Evangelio. Y ha de hacerlo a bautizados y a no bautizados, ofreciendo
una propuesta centrada en Cristo, que nos revela quién es el hombre, y
que ayuda a crecer a la persona desde su dignidad y vocación, desde la
verdad, la libertad responsable, etc.
El problema es que esta oferta ha de hacerse en el contexto de la emergencia educativa que ha denunciado Benedicto XVI...
La emergencia educativa a la que alude el Papa muestra la gran
dificultad que tenemos para transmitir a las nuevas generaciones unos
valores fundamentales, sólidos y objetivos, que les ayuden a crecer como
personas. Por eso, la escuela católica está llamada a ejercer una labor
preponderante para transmitir esos valores.
Pero en la escuela no católica también se habla de valores, de solidaridad, de compartir... ¿Qué aporta la identidad católica?
Los valores pueden tener una motivación u otra. La solidaridad puede ser
un valor humano horizontal, sin más referencias, mientras que para los
católicos tiene su razón de ser en la fraternidad, pues somos hijos del
mismo Padre y hermanos de Cristo. Los valores de la escuela católica
deben estar enraizados en Cristo y en el Evangelio; por eso es
importante qué y cómo se transmite. Los miembros de la escuela católica
no deben de ser sólo maestros, sino testigos.
Ahora que, como dice el Papa, los testigos son más necesarios que nunca, ¿qué responsabilidad tienen los profesores y los titulares religiosos de una escuela católica?
La responsabilidad es compartida y crucial para todo el personal del
centro, cada uno a su nivel. El director debe velar por que el ideario
se lleve a la práctica, pero es imprescindible que los profesores
compartan ese ideario, no sólo en la teoría, sino con su vida. Ellos son
los que más horas pasan con los alumnos y son el termómetro para saber
si se vive el ideario en el día a día, porque transmiten, o no, los
valores propios del ideario, y muestran de forma creíble si Jesucristo y
el Evangelio son el centro, o no, de sus vidas.
Sin embargo, por las escuelas católicas pasan miles de alumnos
cada curso, y no pocos salen, no sólo sin integrarse en la parroquia,
sino echando pestes de la Iglesia. ¿Qué estamos haciendo mal?
Ésa es la gran pregunta, y no sólo para la escuela católica. Este
desapego nos tiene que interpelar a todos, para analizar en qué fallamos
y ofrecer, de hecho, lo que decimos ser en teoría. A mí me surgen
muchas preguntas, y no creo que haya una sola respuesta: ¿quizá se ha
dejado de lado la propia identidad católica? ¿Hay una separación entre
la vida académica y el crecimiento espiritual, que para el cristiano
debería ir pareja? ¿Es por falta de testimonio cristiano entre los
profesores y entre los religiosos, o religiosas, del centro? ¿Hay
lejanía de la Iglesia diocesana? Son causas que hay que apuntalar, para
que la escuela católica no sea católica por definición, sino porque
aliente la formación integral de la persona, desde un proyecto educativo
basado en Jesucristo y a través del testimonio.
Añado otra pregunta: ¿en demasiadas escuelas católicas se está
primando lo académico y se limita la evangelización a una línea
pastoral, al mismo nivel que los deportes, las extraescolares, etc.?
Si uno hace una encuesta entre los padres para saber por qué llevan a
sus hijos a un centro católico, muchos dirán que es por la calidad de la
enseñanza, y quizá lo sustantivo, la formación cristiana, no les
importa tanto. De ahí que muchas veces se prime lo académico sobre la
educación cristiana. La clase de Religión ayuda a descubrir qué
importancia da el centro a su identidad católica: ¿es, como se suele
decir, una maría, o es troncal? Si el proyecto educativo se
fundamenta en el Evangelio, y la pastoral se hace desde el testimonio de
Jesucristo, lo que da unidad al proceso educativo será la exposición
completa y sistemática de la moral y de la doctrina de la Iglesia... La
verdadera calidad de la enseñanza no es sólo académica; es ayudar a los
muchachos a crecer como personas que han encontrado el sentido a su
vida, o sea, a Jesucristo, para que se incorporen responsablemente en la
sociedad.
Hay quien dice que la escuela no es el lugar
para hablar de Dios. ¿Se puede hacer un anuncio explícito de Jesucristo
en el colegio?
Si no es proselitismo, ¿por qué no? ¿Por qué eliminar, en aras de una capciosa neutralidad, el elemento Dios? ¿Por qué hemos de eliminar de la educación la apertura a la trascendencia, que para nosotros toma el rostro de Cristo, que nos revela al Padre? Dios no es enemigo del hombre, ni tiene celos de nuestra felicidad. Al contrario: la gloria de Dios, como decía san Ireneo, es que el hombre viva y crezca. La educación religiosa no se yuxtapone a la formación personal, la desarrolla. A los no católicos les ofrecemos, sin imponerlo, el modelo de Jesucristo. ¿Por qué Jesucristo va a coartar su libertad? Claro que, cuando Dios estorba, se quiere borrar todo lo referente a Él en la sociedad, y por eso suele pasar que quienes piden una escuela laica, lo que quieren es una escuela atea. Pero la escuela estatal no tiene que ser una escuela laica, sino plural, como lo es la sociedad, y libre, porque el titular de la educación no es el Estado, sino los padres, que tienen derecho a que sus hijos reciban la educación que ellos quieren.
¿Qué aspectos deben incluir las reformas educativas anunciadas por el nuevo Gobierno?
Sería deseable que se recuperase la formación integral del alumno, basada en el concepto de persona, que considere al ser humano en su pluridimensionalidad e inserto en un proceso orgánico en el que se va desarrollando, y sin que, desde el Estado, se elimine la dimensión transcendente del hombre. Benedicto XVI dice que las raíces de la emergencia educativa son un falso concepto de autonomía, el relativismo y el escepticismo, a lo que se podría añadir el utilitarismo, el nihilismo y el hedonismo. En la LOE, como se ve en su Educación para la ciudadanía, se encuentran esa falsa idea de autonomía, el relativismo y la ideología de género, o sea, tres raíces de la emergencia educativa. El nuevo Gobierno debería coger el toro por los cuernos y acometer una reforma en profundidad. Y también hay que abordar el tema de EpC y el status de la clase de Religión para cumplir el Acuerdo con la Santa Sede. En la educación, para la Iglesia, está en juego la persona, y por tanto la familia y la sociedad. Otros quizá la vean como instrumento para controlar la sociedad, pero nosotros sabemos que lo importante es el crecimiento de cada alumno, que es amado por Jesucristo.
Si no es proselitismo, ¿por qué no? ¿Por qué eliminar, en aras de una capciosa neutralidad, el elemento Dios? ¿Por qué hemos de eliminar de la educación la apertura a la trascendencia, que para nosotros toma el rostro de Cristo, que nos revela al Padre? Dios no es enemigo del hombre, ni tiene celos de nuestra felicidad. Al contrario: la gloria de Dios, como decía san Ireneo, es que el hombre viva y crezca. La educación religiosa no se yuxtapone a la formación personal, la desarrolla. A los no católicos les ofrecemos, sin imponerlo, el modelo de Jesucristo. ¿Por qué Jesucristo va a coartar su libertad? Claro que, cuando Dios estorba, se quiere borrar todo lo referente a Él en la sociedad, y por eso suele pasar que quienes piden una escuela laica, lo que quieren es una escuela atea. Pero la escuela estatal no tiene que ser una escuela laica, sino plural, como lo es la sociedad, y libre, porque el titular de la educación no es el Estado, sino los padres, que tienen derecho a que sus hijos reciban la educación que ellos quieren.
¿Qué aspectos deben incluir las reformas educativas anunciadas por el nuevo Gobierno?
Sería deseable que se recuperase la formación integral del alumno, basada en el concepto de persona, que considere al ser humano en su pluridimensionalidad e inserto en un proceso orgánico en el que se va desarrollando, y sin que, desde el Estado, se elimine la dimensión transcendente del hombre. Benedicto XVI dice que las raíces de la emergencia educativa son un falso concepto de autonomía, el relativismo y el escepticismo, a lo que se podría añadir el utilitarismo, el nihilismo y el hedonismo. En la LOE, como se ve en su Educación para la ciudadanía, se encuentran esa falsa idea de autonomía, el relativismo y la ideología de género, o sea, tres raíces de la emergencia educativa. El nuevo Gobierno debería coger el toro por los cuernos y acometer una reforma en profundidad. Y también hay que abordar el tema de EpC y el status de la clase de Religión para cumplir el Acuerdo con la Santa Sede. En la educación, para la Iglesia, está en juego la persona, y por tanto la familia y la sociedad. Otros quizá la vean como instrumento para controlar la sociedad, pero nosotros sabemos que lo importante es el crecimiento de cada alumno, que es amado por Jesucristo.
José Antonio Méndez
Fuente: Alfa y Omega.
Los colegios católicos deben preparar a sus alumnos para poder vivir en esta sociedad atea en la que tienen que vivir. Las familias cristianas con la contaminación de la propaganda pornográfica,consumista,edonista ellas solas no pueden competir. Ademas de la clase de religión en los colegios católicos se debe enseñarles a los alumnos a tener un espíritu crítico sobre : la televisión. el cine, los juegos de ordenador y alertarles sobre los peligros de internet y a saber usar este medio de información huyendo por convencimiento de lo que les pueda dañar o deformar su alma en ese periodo tan crítico como es la pubertad y adolescencia.
ResponderEliminarHay peliculas sobre las que se puede ahondar sobre los valores del ser humano. Sería muy conveniente dar ciclos de cine seleccionado en las que esos valores esten tratados presentando una introducción previa y un dialogo posterior. Esto se devía hacer en los colegios y en las parroquias.