Algunos centros solicitan contribuciones económicas a los padres para poder continuar funcionando.
13.01.12 - J. BATISTA | VALENCIA
Las deudas de la Generalitat con los colegios concertados
van acumulándose. A los gastos de funcionamiento, que no se reciben
desde junio, se suma el bono infantil, que debía haberse cobrado a
finales de año. Tampoco han llegado los pagos de los programas de
Cualificación Profesional Inicial -una media de 20.000 euros por aula-,
implantados en casi todos los centros con unidades de Secundaria, ni las
cuantías correspondientes a los cursos ocupacionales que se ofertan. En
este caso, aún no se ha liquidado el 2010.
De ahí que la situación ya sea desesperada para algunos
titulares sin capacidad para seguir adelantando el dinero que debe
transferir la Administración. Según las estimaciones de la Federación de
Centros de Enseñanza de Valencia (Feceval), medio centenar de colegios
se encuentran «al límite». Como explica el presidente, José Manuel
Boquet, se trata de aquellos que ya han generado impagos, es decir, que
no han podido hacer frente al vencimiento de alguno de los gastos que
tendrían que estar cubiertos por el concierto educativo.
Destacan sobre todo los casos de retrasos en el abono del
alquiler o de las facturas de servicios como la electricidad. Para
Feceval, si el pago de la deuda sigue demorándose se ocasionarían
gravísimos problemas a los afectados, que podrían verse abocados al
cierre provisional. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, con el centro
Ramiro Izquierdo de Castellón, que ha enviado cartas a los padres para
informarles de que tendrán que tomar esta decisión si no llegan los
ingresos pendientes.
Además, para la patronal, alrededor de una veintena de
colegios pueden encontrarse «en una situación de extrema gravedad», es
decir, a las puertas de paralizar su actividad académica por la deuda.
Otra de las entidades representativas del sector,
Escuelas Católicas de la Comunitat, pone el acento en los centros más
pequeños, es decir, aquellos que disponen de una sola línea educativa, y
por lo tanto, tienen menos recursos propios para afrontar una coyuntura
que en palabras de la presidenta, Vicenta Rodríguez, «ya es muy mala».
A nivel particular, hay colegios que han tomado sus
propias medidas. La casuística es variada: desde solicitar aportaciones
económicas voluntarias a los padres para afrontar los problemas actuales
hasta adoptar acciones de presión, como enviar cartas al presidente o a
las Consellerias de Educación y Hacienda pidiendo una solución.
En cuanto a los pagos voluntarios, las patronales se
desmarcan de esta opción, pues normalmente son las asociaciones de
padres las que se encargan de tramitar las peticiones. La práctica no es
nueva, pues en años anteriores se ha recurrido a la misma para
equilibrar, por ejemplo, la congelación sistemática del concierto. Sobre
las misivas, fuentes del sector explicaron que la medida surge de los
consejos escolares de los colegios, recientemente renovados. Además,
también se dan casos de solidaridad, como profesores que se han ofrecido
a renunciar a parte de su nómina o de su extra para destinarla a cubrir
otros gastos, como el salario del personal de administración y
servicios, que debía salir de la partida impagada.
En la actualidad, todos los titulares de centros
concertados fijan su mirada en la reunión que hoy mantendrán las
patronales (Feceval, Escuelas Católicas y Ucev) con la consellera María
José Catalá.
Desde Educación explicaron ayer que las nóminas de los
docentes han sido abonadas y que sólo resta el módulo de otros gastos
correspondiente a los dos últimos trimestres de 2011, una deuda que
asciende a 34,9 millones. Junto a las otras subvenciones impagadas, la
cuantía pendiente de ser ingresada en los colegios puede elevarse a los
50. Desde Educación añadieron que los centros «serán los primeros en
conocer las soluciones que se van a fijar para que cobren cuanto antes».
La situación de los colegios públicos no es mejor. Desde
la Asociación de Directores de Secundaria anunciaron que la semana que
viene se celebrará una asamblea de donde pueden salir medidas de
presión. A los institutos se les adeudan los gastos de mantenimiento de
los dos últimos cuatrimestres de 2011, y un buen ejemplo de las
consecuencias de este impago es lo sucedido en dos centros de Llíria y
Almassora, donde ya no se pone la calefacción. Al mismo problema se
enfrentan los colegios de Infantil y Primaria, como denunció ayer la
asociación Avdip.
Fuente: Las Provincias.
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