Por Adolfo Torrecilla.
Todos los estudios e informes que se publican sobre educación destacan la importancia de los padres en los procesos formativos de sus hijos. Su colaboración, su implicación, su relación con el colegio... son factores claves para conseguir que los alumnos mejoren no sólo su rendimiento académico.
Esta relación padres-alumnos-colegio tiene que ser todavía más intensa en aquellos centros que acogen a alumnos de familias en situación de riesgo de exclusión. Estos alumnos, si no se hacen las cosas bien, tienen, además, más posibilidades de aumentar las estadísticas de Abandono Escolar Temprano (AET), como acaba de demostrarse en los datos proporcionados por la oficina Eurostat de la Comisión Europea. En España, han vuelto a aumentar las cifras de abandono escolar, con unos porcentajes que nos colocan en los últimos lugares de los países miembros de la Unión Europea.
Por eso resulta gratificante conocer las conclusiones que se contiene en la edición de enero de la revista Archives of Pediatric & Adolescent Medicine, donde se destaca cómo la cooperación y relación entre padres e hijos mejora el rendimiento académico de muchas familias, especialmente entre aquellas que se encuentran en situación de riesgo de exclusión.
La conclusión a estos estudios e informes es evidente: como ya reclaman en España las principales asociaciones de padres y madres vinculadas al mundo educativo, debe fomentarse la formación de los padres, cuestión sobre la que sería bueno que los centros educativos también tomasen cartas en el asunto.
Es cierto que en los últimos años se han multiplicado las iniciativas en este sentido. Pero se ve que hay que seguir en esta dirección, como también ha afirmado recientemente el ex ministro laborista británico Graham Allen, quien ha advertido sobre la importancia que tiene que los gobiernos asuman estas responsabilidades educativas y las coloquen en el centro de sus políticas educativas.
Abandono escolar
La media de los países de la UE es de 14,4% y España tiene un 31,2%, cifra más que preocupante (los otros países con peores cifras son Malta, 38%, y Portugal, 31,2%). Los expertos advierten del peligro que pueden ocasionar estas cifras, pues el abandono escolar está ligado, con el paso del tiempo, a factores de exclusión social y es el origen también de graves problemas personales, sociales y económicos. Hay países que hasta han cuantificado económicamente lo que supone la atención a estas personas que cuentan con limitados recursos educativos, profesionales y personales. El problema, en la adolescencia, es especialmente preocupante entre los chicos, que abandonan la escuela más que las chicas.
Por eso resulta gratificante conocer las conclusiones que se contiene en la edición de enero de la revista Archives of Pediatric & Adolescent Medicine, donde se destaca cómo la cooperación y relación entre padres e hijos mejora el rendimiento académico de muchas familias, especialmente entre aquellas que se encuentran en situación de riesgo de exclusión.
La conclusión a estos estudios e informes es evidente: como ya reclaman en España las principales asociaciones de padres y madres vinculadas al mundo educativo, debe fomentarse la formación de los padres, cuestión sobre la que sería bueno que los centros educativos también tomasen cartas en el asunto.
Es cierto que en los últimos años se han multiplicado las iniciativas en este sentido. Pero se ve que hay que seguir en esta dirección, como también ha afirmado recientemente el ex ministro laborista británico Graham Allen, quien ha advertido sobre la importancia que tiene que los gobiernos asuman estas responsabilidades educativas y las coloquen en el centro de sus políticas educativas.
Abandono escolar
La media de los países de la UE es de 14,4% y España tiene un 31,2%, cifra más que preocupante (los otros países con peores cifras son Malta, 38%, y Portugal, 31,2%). Los expertos advierten del peligro que pueden ocasionar estas cifras, pues el abandono escolar está ligado, con el paso del tiempo, a factores de exclusión social y es el origen también de graves problemas personales, sociales y económicos. Hay países que hasta han cuantificado económicamente lo que supone la atención a estas personas que cuentan con limitados recursos educativos, profesionales y personales. El problema, en la adolescencia, es especialmente preocupante entre los chicos, que abandonan la escuela más que las chicas.
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