jueves, 17 de febrero de 2011

España, campo de pruebas

'I Congreso internacional sobre ideología de género', en la Universidad de Navarra.

Aborto libre, matrimonio homosexual, cambio de sexo sin tener siquiera que pasar por el quirófano... En España «se está experimentando la aplicación legislativa de la ideología de género», afirma doña Ángela Aparisi, Directora del I Congreso internacional sobre ideología de género, celebrado los pasados días del 9 al 11 de febrero, en la Universidad de Navarra.
 
España «es el país en el que realmente se está experimentando la aplicación legislativa de la ideología de género. En estos momentos, muchas leyes en nuestro país poseen ciertos rasgos muy típicos de esta ideología», explica la Directora del I Congreso internacional de ideología de género, que se celebró en la Universidad de Navarra del 9 al 11 de febrero.
 
El magistrado de la Audiencia Nacional don José Luis Requero hizo un repaso de las principales leyes aprobadas en España impregnadas de esta ideología en los últimos años, entre las que citó:

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Ley orgánica 1/2004, contra la violencia de género: Refunde «muchas normas de carácter penal y procesal» que ya existían, pero lo realmente novedoso es su artículo 1, que «no describe un hecho, sino que parte de un planteamiento donde se presume siempre una intencionalidad», el machismo, en la violencia contra la mujer. 
 
Requero subrayó que el problema real de violencia contra la mujer es sólo parte de un problema más amplio, la invisibilidad de la violencia en el hogar, y denunció que centrar toda la atención en la mujer desprotege a otras personas vulnerables, como niños o ancianos.
 
- Ley 13/2005, del matrimonio homosexual: Con la excusa de resolver problemas patrimoniales o sucesorios de las parejas homosexuales, se optó por cambiar la sustancia de una institución jurídica -el matrimonio-, eliminando su condición de unión entre un hombre y una mujer. Además, al permitir la adopción a personas homosexuales , «no sólo se daña al menor», sino también a los matrimonios, que, desde entonces, no pueden adoptar en algunos países, que temen que los niños enviados a España puedan acabar siendo adoptados por estas parejas.

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Ley Orgánica 2/2006, de Educación: Uno de los principales problemas de la LOE es la creación de la asignatura Educación para la ciudadanía. «A medida que uno va descendiendo» desde la ley hasta todas las demás normas que desarrollan esta asignatura, «se deja sentir expresamente el mandato de que la materia se enseñe desde la perspectiva de género».
 
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Ley 3/2007, de reforma del Registro Civil: Hizo posible inscribir en el Registro Civil un cambio de sexo, incluso sin operación quirúrgica alguna. «El derecho no puede legislar sobre deseos. Si yo, registralmente, puedo decidir ser hombre o mujer, ¿por qué no puedo cambiar la calificación de una finca?», se pregunta el magistrado.

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Ley Orgánica 2/2010, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo: Se permite abortar sin alegar motivo alguno, porque, para los ideólogos de género, «el aborto no es más que un ejercicio de autonomía de la mujer». Otro de los puntales de esta ley es la educación, ya que la ley del aborto refuerza la presencia de la perspectiva de género en la escuela y la introduce en la formación de los profesionales sanitarios.

Por otro lado, algunos Estatutos de Autonomía han asumido esta ideología en sus articulados. Acerca del reciente anteproyecto de Ley de igualdad de trato, don José Luis matiza que, «aunque también puede incluir ideología de género, su objetivo es más amplio: una vuelta de tuerca a unos postulados igualitaristas» que el Estado pretende imponer «en todos los aspectos de la vida privada de los ciudadanos».
  
Imposición a las conciencias
 


Muchas de estas normas han tenido como consecuencia conflictos en torno a la objeción de conciencia del personal sanitario y administrativo (aborto), las familias (educación), y el personal judicial (matrimonio homosexual). En una comunicación sobre el tema, el abogado don César Moreno subrayó cómo la implantación de la ideología de género ha tenido que convertir un derecho fundamental, como la objeción, en «una simple excepción» que el Estado tiene que permitir y regular. «En vez de que el Estado tenga que justificar una restricción a mi libertad, soy yo quien tiene que defenderla».

Don José Luis Requero reconoció también, sin embargo, algunos aspectos positivos de la legislación de los últimos años, como el hecho de que se preste una mayor atención a vigilar si cada proyecto legislativo tiene algún aspecto discriminatorio contra la mujer.
 
Hay solución
 
Hay que empezar a hacer algo para remediar el daño causado por esta ofensiva, advierte el magistrado. En primer lugar, hay «una serie de normas tan dañinas que hay que luchar por su derogación» inmediata, como la ley del aborto o del matrimonio homosexual. «Quien esté llamado a hacerlo debe tener valor. Tendrá a un sector grande de la sociedad enfrente, porque estas leyes se han vendido como progreso», y además las normas tienen un efecto pedagógico, van moldeando las conciencias. Pero hay que luchar, igual que si estuviéramos junto a «una central nuclear que contamina».

Pero hay otro grupo de leyes que es posible reconducir. Las conclusiones del Congreso apuestan por asumir los fines loables que dicen perseguir esas leyes, tales como la igualdad, y desposeerlos de su contaminación ideológica. Para avanzar hacia la igualdad, por ejemplo, es necesario «la adopción de prácticas más comprometidas con la defensa de la familia y seguir avanzando en la conciliación».

 
María Martínez López.
 
Fuente: Alfa y Omega.

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