sábado, 19 de febrero de 2011

El representante de la OSCE contra la 'cristianofobia' afirma que el relativismo niega los derechos humanos

Massimo Introvigne sostiene que la llamada 'cristianofobia' se manifiesta "también en las amenazas a la libertad de educación y en la aversión administrativa a las escuelas cristianas".
 
El representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para la lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación contra los cristianos, Massimo Introvigne, ha afirmado que "la ilusión de encontrar en el relativismo moral la clave para una convivencia pacífica" en un país "es en realidad el origen de la división y de la negación de la dignidad de los seres humanos".
 
En un congreso organizado en Belgrado por el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) y la Conferencia Episcopal Europea (CEC), Introvigne ha recordado que "la libertad religiosa se confunde muchas veces con el relativismo, es decir, con la tesis de que no existe una verdad religiosa y que la elección de una religión u otra es indiferente" y ha insistido en que "la libertad religiosa no significa ser indiferentes ante la religión" ni tampoco "comporta que todas las religiones sean iguales".
 
El representante OSCE ha declarado en su intervención ante los obispos europeos que "la profesión de la religión no puede ser impuesta por la fuerza", un derecho que "en sentido jurídico" implica también "no ser molestados por una intromisión del Estado moderno en la formación de las propias convicciones en materia de religión".
 
La libertad religiosa que proclama la Iglesia, según ha afirmado Introvgne, debe ser entendida "no sólo como inmunidad ante la coerción, sino también como capacidad de ordenar las propias elecciones según la verdad".
Por otra parte, el representante OSCE contra la cristianofobia ha subrayado que "la dimensión pública de la religión debe ser siempre reconocida" porque, "como decía Pio XII", la sociedad "en cuanto expresión de la persona y del conjunto de sus dimensiones constitutivas, debe vivir y organizarse para favorecer la apertura a la trascendencia".
 
La verdadera noción de la libertad religiosa, según ha insistido Introvigne, excluye "el camino del relativismo o del sincretismo religioso" y consiente "evitar los dos errores opuestos del fundamentalismo y del laicismo". Según ha explicado Introvigne, tanto el fundamentalismo como el relativismo "niegan la relación correcta entre fe y razón".
 
El representante OSCE ha declarado que "en el fundamentalismo, la fe niega la razón" mientras que "en el laicismo, la razón niega la fe".
 
Ambos, según ha manifestado Introvigne, son "enemigos de la libertad religiosa" porque "el fundamentalismo quiere imponer la religión con la fuerza" y el laicismo "quiere imponer la 'irreligión' por la fuerza".
 
Sólo el equilibrio entre fe y razón, tal y como sostiene Introvigne, garantiza "la libertad religiosa" que, "como asegura el Papa", está "en el origen de la libertad moral" y "en la verdadera libertad".
 
Además, Massimo Introvigne ha recordado que "el temor de que la libertad religiosa lleve consigo el relativismo del Occidente moderno es la primera razón por la cual los países con una fuerte identidad religiosa islámica, hindú o budista se resisten a aplicar las convenciones internacionales en materia de libertad religiosa" porque "temen que aceptar la libertad religiosa signifique necesariamente ceder al relativismo y a la indiferencia tipica de una cierta cultura occidental moderna".
 
Por ello, Introvigne ha declarado que es necesario que estos países estén convencidos de que "la libertad religiosa y la denuncia de la dictadura del relativismo proclamada por Benedicto XVI" deben "coexistir".
 
Por otra parte, el representante OSCE en contra de la discriminación de los cristianos ha incidido en la necesidad de diferenciar entre el islam ultra-fundamentalista y el Islam en general y ha destacado la importancia de que los países de Medio Oriente promuevan "medidas eficaces para la protección de las minorías religiosas".
 
No obstante, Introvigne ha pedido a los Gobiernos de Occidente que no aprueben leyes "que limiten el derecho a la objeción de conciencia de los operadores sanitarios u otros trabajadores del derecho" particularmente "en el tema del aborto".
 
Asimismo, ha sostenido que la llamada 'cristianofobia' se manifiesta "también en las amenazas a la libertad de educación y en la aversión administrativa a las escuelas cristianas" y que permiten "otra amenaza a la libertad religiosa de las familias en algunos países europeos" allí donde "se impone la participación de los alumnos a cursos de educación sexual o civil que transmiten concepciones de la persona y de la vida presuntamente neutras, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la recta razón".
 
Fuente: La Gaceta.

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