A pesar de las trabas a la asignatura en España.
En la misma semana en que un grupo de expertos europeos analizaban, en Madrid, cómo la asignatura de Religión confesional supone un factor de cohesión social para Europa y mejora la vida académica de los estudiantes, el Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, monseñor Casimiro López, denunciaba las presiones y amenazas que sufren los padres que matriculan a sus hijos en esta materia.
La cita no tiene desperdicio y, aunque es larga, merece ser
transcrita íntegra: «Hoy, en Europa, por la globalización y el fenómeno
de la inmigración, se da una convivencia de religiones y confesiones en
una misma zona geográfica, como probablemente no se ha dado antes en la
Historia. Ante esto, muchos proponen borrar la identidad propia de cada
creyente, como si la religión fuese motivo de conflicto y hubiese que
dejarla en un ámbito privado, sólo para el culto. Pero el hecho
religioso configura a la persona, su forma de ser y de vivir junto a los
demás, y, por eso, cada confesión religiosa tiene una dimensión social
diferente. Conocer el hecho religioso y respetarlo, sin querer borrarlo
de la sociedad, favorece la cohesión social y la verdadera tolerancia,
basada en el respeto a la diferencia, en el diálogo con el otro y en la
búsqueda de la verdad. Y si eso se hace desde la escuela, la asignatura
de Religión confesional puede jugar un papel fundamental para la
cohesión de la sociedad europea, que cada vez es más diferente, e
incluso dentro de la vida académica de los centros, en los que hay
alumnos de distintas procedencias y credos. Por eso, la asignatura de
Religión confesional, y no sólo de Historia de las religiones, mejora a
la sociedad». La cita es de don Avelino Revilla, Presidente de Eufres,
el Forum Europeo para la Enseñanza Religiosa Escolar, que, el pasado
fin de semana, reunió en Madrid a expertos de toda Europa para analizar
la incidencia social de la asignatura de Religión.
Laicismo desde el poder
A pesar de los beneficios sociales y escolares que supone incorporar la enseñanza de la Religión en las aulas, como explicó a Alfa y Omega
don Avelino Revilla –que también es Delegado de Enseñanza de la
archidiócesis de Madrid–, «aunque la asignatura de Religión confesional
(católica, islámica o protestante) es aceptada en toda Europa, incluso
en países del Este como Lituania o República Checa, que provienen de
regímenes comunistas, también hay una mentalidad laicista, que se sirve
del poder para poner en cuestión la libertad religiosa de las familias y
de los alumnos».
De hecho, en el mismo fin de semana en que se reunían los expertos de Eufres,
el Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y obispo de
Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López, denunciaba que, en algunos
centros públicos, «se intenta disuadir a los padres que piden Religión
para sus hijos y existen profesores que se mofan de ellos porque cursan
esta asignatura», ante lo cual, los católicos «hemos de ayudar a los
padres para que valoren la clase de Religión y no se dejen amedrentar».
José A. Méndez.
Fuente: Alfa y Omega.
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