Los paros coinciden con la celebración de dos de las pruebas de idiomas más importantes del curso, la de inglés y la de valenciano.
26.04.12 - J. BATISTA | VALENCIA
La convocatoria de huelga promovida por los cinco
sindicatos docentes afectará a un mes crucial para los estudiantes
valencianos. Especialmente para aquellos que cursan segundo de
Bachillerato, teniendo en cuenta que a finales de mayo o durante los
primeros días de junio se suelen realizar los exámenes finales antes de
presentarse a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU).
Incluso cabe la posibilidad de que alguna de las jornadas
de paro coincida con días en los que hay evaluaciones previstas, lo que
obligará a los centros educativos a revisar la planificación que
realizan en este sentido a partir de las fechas límite que fijan las
universidades para remitir toda la documentación necesaria de cara a la
Selectividad.
La huelga intermitente, que se llevará a cabo los días
16, 17, 23, 24, 30 y 31 de mayo, también tendrá una importante
incidencia en los exámenes de certificación de idiomas de régimen
especial que impulsa la Conselleria de Educación a través de las
Escuelas Oficiales, cuyos docentes también están llamados a secundar la
convocatoria.
Según el calendario de este ejercicio, aprobado el 17 de
enero, las dos últimas jornadas de paros coinciden, precisamente, con
los dos exámenes más multitudinarios: el miércoles 30 se realiza el de
nivel intermedio de inglés y al día siguiente le toca el turno a la
prueba que homologa los conocimientos avanzados de valenciano. Habrá que
ver qué tipo de servicios mínimos se articulan para garantizar la
organización y logística necesaria en estos casos. Sirve un dato. En
total, en todas las evaluaciones de certificación de idiomas participan
alrededor de 40.000 personas, ya sean estudiantes, ciudadanos e incluso
profesores que buscan mejorar su formación lingüística.
En cuanto al alumnado de segundo de Bachillerato, más
allá de la afección a los exámenes finales, hay que tener en cuenta que
la tónica general en los centros valencianos es que el periodo
comprendido entre la última prueba y el primer día de las PAU (12 de
junio) se utilice para realizar una preparación intensiva, en la que de
forma voluntaria los profesores y alumnos llevan a cabo clases de repaso
de las asignaturas a evaluar.
De momento no hay ninguna previsión de huelga para el mes de junio, aunque hay que tener en cuenta que no se descarta la posibilidad de dar continuidad a las movilizaciones docentes tanto en el citado mes como a principios del próximo curso. En este sentido, fuentes sindicales apuntaron que en caso de que la Administración autonómica no dé muestras de cambiar su postura en cuanto a los recortes laborales es bastante probable que las acciones de protesta lleguen en forma de nuevos paros en la enseñanza. En este caso se alteraría de forma notable la actividad del último tramo del curso en otras etapas como Secundaria, cuya evaluación final se realiza en junio.
Las reacciones a la huelga por parte de los padres fueron
dispares. Desde la Confederación Gonzalo Anaya, la más representativa,
explicaron que pese a los contratiempos que puede generar a las familias
mayor es el perjuicio de los recortes para la educación.
«Es mucho más»
Desde FAPA Valencia, englobada en la anterior, su
presidenta Remei Santacatalina explicó que «no sólo se trata de
reivindicaciones laborales, sino que están defendiendo la escuela
pública, la atención individualizada o las becas. Son muchas cosas más»,
señaló. El punto de vista divergente llegó desde la Confederación
Valenciana de Padres (Covapa), que criticó la medida de presión.
«Respetamos la huelga pero no podemos compartirla porque tenemos que
defender los intereses de nuestros hijos», dijo Ramón López, su
presidente. Por ejemplo, se refirió a los problemas que pueden sufrir
los alumnos que preparan la Selectividad y planteó que los paros se
concentren en las horas no lectivas de la jornada docente.
El germen de la huelga está en los recortes salariales
que sufre el colectivo por el decreto contra el déficit aprobado en
enero, que les reduce, sólo en sexenios, entre 51 y 274 euros mensuales.
Además, también añaden como causas la pérdida de plazas de ejercicios
anteriores y los ajustes que prevé el Gobierno, como aumentar las ratios
o la jornada lectiva. Sin embargo, hay que tener en cuenta que
participar en los seis días de huelga le puede suponer a un docente
perder hasta 600 euros de la nómina, lo que puede llegar a ser un tercio
del total.
Fuente: Las Provincias.
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