Una aplicación informática ayuda a mejorar el rendimiento de los alumnos a través de operaciones matemáticas.
Con 15 minutos de práctica diaria y sin romper su dinámica, Smartick logra que los niños alcancen su máximo potencial - Foto: Gtres |
Madrid.- Hace poco menos de tres años, el ingeniero
industrial Daniel González de Vega y el economista Javier Arroyo Crejo
decidieron dar un paso al frente para lograr que los estudiantes
españoles mejoraran su rendimiento académico, sobre todo en la
asignatura de matemáticas. La contundencia de los informes PISA, que
dejan en evidencia que España no consigue alcanzar la media de los
países desarrollados, les animó a buscar una manera atractiva, fácil e
intuitiva de animar a los alumnos a aprender Matemáticas. Así surgió
Smartick, una herramienta on-line de refuerzo educativo que, sin romper
las dinámicas diarias de los alumnos, pretende desarrollar sus
habilidades matemáticas de manera que con 15 minutos de práctica diaria
les permite alcanzar su máximo potencial.
Según explica Daniel González de Vega, «había necesidad de un producto de estas características en España. Para ello, contactamos con padres, directores de colegio, psicopedagogos y matemáticos y creamos este método de aprendizaje on-line. La filosofía es que el alumno dé lo máximo de sí. El programa se adecúa al alumno, de manera que si falla, se genera un algoritmo de manera instantánea que baja el nivel de las pruebas para que sean más accesibles y favorezcan su autoestima. En el caso de que acierte, el nivel de exigencia va aumentando también».
Resultados testados
Para evaluar la reacción de los escolares, se realizó una prueba piloto en el pasado curso entre 1.200 niños de primero a sexto de Primaria en 33 colegios. El resultado fue mejor de lo esperado, ya que en un periodo de tres meses, el 94% de los escolares mejoró su capacidad de cálculo, el 70% mejoró sus notas en Matemáticas y más del 50% logró mejores resultados en el resto de asignaturas.
Para González de Vega, lo novedoso del sistema, basado en una
metodología creada por el profesor Skinner, de la Universidad de
Harvard, hace 60 años, «es que trabaja en un sólo concepto a la vez y
cuando se domina se pasa a otro. En cambio, en los colegios se juntan
varios conceptos, lo que resulta menos efectivo».
«Una de las claves del éxito es el soporte. El ordenador es mucho más atractivo para estos chicos que el papel, lo que, unido a el diseño, su visibilidad y los elementos motivadores –diplomas y premios virtuales por superar niveles–, hace que los chavales se enganchen a este sistema».
Emma Pérez, psicóloga y directora del Colegio Europeo de Madrid, explica que esta herramienta «permite el avance personalizado de cada alumno, lo que favorece su autoestima y mejora su concentración, lo cual repercute en todas las áreas. Al ser un ejercicio en un tiempo limitado, lo hace más atractivo para los escolares de Primaria, acostumbrados a hacer ejercicios y tareas de duraciones cortas».
Apto para todos
Otro de los beneficios, añade Pérez, es que «sirve para todos, tanto para los que están por encima de la media, como para los que están por debajo. Todos necesitan motivaciones: unos para mejorar y otros para superar nuevos retos. Que cada alumno pueda ir a su ritmo es muy positivo».
Mónica Castellanos, profesora de primaria en el Colegio Internacional de Aravaca (Madrid) y madre de una alumna de Smartick afirma que lo más importante es «el refuerzo positivo» de la aplicación que evita que los chicos «desistan ante las dificultades y las superen».
Fuente: La Razón.
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