Tras las políticas socialistas «ineficaces», Educación centra sus gastos en mejorar la calidad en las aulas.
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| Una maestra de Primaria imparte clase de Lengua en un colegio público de Madrid - Foto: Reuters |
Madrid.- Educación ahora comparte presupuesto con
Cultura y Deporte y, aunque su partida no es la que más recorte ha
sufrido, se ha reducido cerca de un 21 por ciento, en 832,7 millones de
euros menos. La noticia no lo es tanto. Desde que el Ejecutivo popular
llegó al Gobierno avisó de que el filo de su tijera alcanzaría a todas
las carteras y se han tenido que apretar el cinturón. «Eficiencia,
austeridad y priorización del gasto». Éstos son los principios que
enunció ayer Montserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educación, FP y
Universidades, a la hora de explicar los gastos del Ministerio y dar
cuenta de los recortes de las «políticas ineficaces» del anterior
Gobierno.
Más del 60 por ciento del presupuesto de esta cartera se destinará a políticas educativas –unos 3.000 millones de euros–. Un gasto que se sustenta en tres pilares: «reducir el abandono escolar, mejorar la calidad de la enseñanza y fomentar el bilingüismo», afirmó Gomendio. Estas metas buscan una cumbre más alta: elevar el nivel de los alumnos españoles dentro del informe PISA. Es decir, volver a los primeros puestos de la enseñanza europea. «Es necesario elevar el nivel, mejorar la calidad, que nuestros hijos recuperen el valor del esfuerzo», insiste Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de Cofapa (Confederación de Padres de Alumnos). «Creemos que en época de crisis los recortes son lógicos. Lo que hay que hacer es aprovechar al máximo los recursos con los que contamos», añade.
En este intento por aunar fuerzas y mantener un objetivo firme, de los 17 programas que mantenía el ex ministro Gabilondo, Wert ha descartado 10 y se ha centrado en planes para fomentar la enseñanza compensatoria. Es la única partida que el Gobierno ha aumentado un 1,4 por ciento, hasta acercarse a los 170 millones de euros. Los programas de refuerzo y el plan de disminución del abandono constituyen más de 100 millones de los Presupuestos 2012. «Ahora más que nunca debemos hacernos cargo del rol que jugamos», insiste Ladrón de Guevara. A pesar del papel que los padres juegan en la educación de sus hijos, el 35% de las personas encuestadas para el último Barómetro que publicó ayer el CIS, considera que no gastan casi nada en formar a sus hijos dentro de sus hogares, pero cerca de un 38% califica de regular la enseñanza que se imparte en nuestro país. Otro dato interesante es la valoración que mantienen los españoles de la enseñanza pública, que se sitúa 11 puntos por encima de la privada y 21 por encima de la concertada. «Se debería revisar tanto la encuesta como el muestreo porque los datos de PISA ponen muy por encima a la enseñanza privada concertada», insiste Mariano del Castillo, presidente de CECE.
Uno de los ajustes más polémicos que presentó ayer la secretaria de Estado es la supresión del Programa 2.0, «por su probada ineficacia», indican desde el Ministerio. «Estaba mal enfocado», mantiene Del Castillo. «No se puede dar ordenadores a los alumnos, que son los que se mueven, y no enseñar a los profesores a manejarlos. Estaba hecha sin cabeza. No es lógico dar objetos en lugar de conocimientos», insiste. En lugar de dar portátiles a los niños, «lo que hay que decidir es si se va a apostar por el libro electrónico o por el papel». Los padres también apoyan la supresión de este programa, prefieren que se apueste por el estudio de idiomas: «El ordenador ya está presente en casa, no es necesario que también lo tengan en las aulas», aseguran desde Cofapa.
Más del 60 por ciento del presupuesto de esta cartera se destinará a políticas educativas –unos 3.000 millones de euros–. Un gasto que se sustenta en tres pilares: «reducir el abandono escolar, mejorar la calidad de la enseñanza y fomentar el bilingüismo», afirmó Gomendio. Estas metas buscan una cumbre más alta: elevar el nivel de los alumnos españoles dentro del informe PISA. Es decir, volver a los primeros puestos de la enseñanza europea. «Es necesario elevar el nivel, mejorar la calidad, que nuestros hijos recuperen el valor del esfuerzo», insiste Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de Cofapa (Confederación de Padres de Alumnos). «Creemos que en época de crisis los recortes son lógicos. Lo que hay que hacer es aprovechar al máximo los recursos con los que contamos», añade.
En este intento por aunar fuerzas y mantener un objetivo firme, de los 17 programas que mantenía el ex ministro Gabilondo, Wert ha descartado 10 y se ha centrado en planes para fomentar la enseñanza compensatoria. Es la única partida que el Gobierno ha aumentado un 1,4 por ciento, hasta acercarse a los 170 millones de euros. Los programas de refuerzo y el plan de disminución del abandono constituyen más de 100 millones de los Presupuestos 2012. «Ahora más que nunca debemos hacernos cargo del rol que jugamos», insiste Ladrón de Guevara. A pesar del papel que los padres juegan en la educación de sus hijos, el 35% de las personas encuestadas para el último Barómetro que publicó ayer el CIS, considera que no gastan casi nada en formar a sus hijos dentro de sus hogares, pero cerca de un 38% califica de regular la enseñanza que se imparte en nuestro país. Otro dato interesante es la valoración que mantienen los españoles de la enseñanza pública, que se sitúa 11 puntos por encima de la privada y 21 por encima de la concertada. «Se debería revisar tanto la encuesta como el muestreo porque los datos de PISA ponen muy por encima a la enseñanza privada concertada», insiste Mariano del Castillo, presidente de CECE.
Uno de los ajustes más polémicos que presentó ayer la secretaria de Estado es la supresión del Programa 2.0, «por su probada ineficacia», indican desde el Ministerio. «Estaba mal enfocado», mantiene Del Castillo. «No se puede dar ordenadores a los alumnos, que son los que se mueven, y no enseñar a los profesores a manejarlos. Estaba hecha sin cabeza. No es lógico dar objetos en lugar de conocimientos», insiste. En lugar de dar portátiles a los niños, «lo que hay que decidir es si se va a apostar por el libro electrónico o por el papel». Los padres también apoyan la supresión de este programa, prefieren que se apueste por el estudio de idiomas: «El ordenador ya está presente en casa, no es necesario que también lo tengan en las aulas», aseguran desde Cofapa.
Fuente: La Razón.
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