Los expertos constatan el fracaso del programa socialista de dotar sin más a los niños con ordenadores. El anterior equipo ministerial gastó al menos 300 millones de euros sin objetivos didácticos claros.
JOSÉ GRAU / MADRID
Día 16/03/2012
El Ministerio de Educación es consciente de los «problemas que ha habido en la implantación y el desarrollo del programa Escuela 2.0 (un niño, un ordenador)
y por ese motivo, antes de continuar, queremos evaluarlo desde
diferentes perspectivas», señalaron ayer a este periódico fuentes del
departamento que dirige José Ignacio Wert.
El
nuevo ministro analiza «el coste-eficiencia de Escuela 2.0» y revisa
«los objetivos que tenía marcados, su planteamiento inicial». Verá «si
el programa, como instrumento, responde a los objetivos que se quieren
alcanzar». En definitiva, «se deberá evaluar la repercusión del programa y los logros conseguidos para pensar en un nuevo diseño».
Hasta
ahora, «ningún estudio serio, en ninguna parte del mundo, ha puesto de
manifiesto que las nuevas tecnologías por sí mismas mejoren la calidad
de la enseñanza en Primaria y Secundaria», afirmó ayer Mariano del
Castillo, director del Instituto de Técnicas Educativas de CECE
(Confederación Española de Centros de Enseñanza). Y añadió: «No hay relación sustantiva entre utilización de ordenadores en las aulas y mejora, ni aquí, ni en Singapur ni en Rumanía».
José
Manuel Lacasa, director del Instituto de Investigación Educativa, que
le acompañaba en la presentación del «Informe de Tecnología Educativa
2011», añadió que el Ministerio de Educación, en 2010, gobernado por el
PSOE y siendo ministro Ángel Gabilondo, a través del Instituto de
Evaluación (un organismo que depende de Educación), censuró un capítulo
de la «Evaluación de diagnóstico 2010», en el que con datos estadísticos
en la mano se demostraba que los centros españoles en donde se había
introducido el ordenador a los diez años estaban teniendo un rendimiento
escolar más bajo.
Imprudencia
Según
Lacasa, uno de los programas estrella del anterior Gobierno, el Escuela
2.0, es «extremadamente imprudente en su concepción y aplicación».
Debería haber estado avalado por «algún estudio o algún experimento
previo o, al menos, alguna prueba a pequeña escala antes de aplicarlo a
todos los alumnos».
La
Escuela 2.0 «solo funciona si hay un proyecto por parte del centro de
enseñanza acompañado de la formación de los profesores», de lo contrario
es un gasto inútil, destacó Del Castillo. Y «en España se ha entregado antes el ordenador a los alumnos que a los docentes»,
«se ha empezado la casa por el tejado». Es lamentable, además, que «el
50 por ciento de los centros no tenga indicadores de seguimiento», por
lo que la empresa está del todo mal planteada.
El
Consejo de Ministros aprobó en septiembre de 2009 el programa Escuela
2.0. El plan preveía que en los meses siguientes, «392.000 alumnos y
20.000 profesores, en más de 14.400 aulas completamente digitalizadas de
toda España», dispondrían de «un ordenador personal ultraportátil que
podrían utilizar para formarse mejor». El presupuesto del programa, para
el curso escolar 2009-2010, ascendía a 200 millones de euros. Al curso siguiente, 2010-2011, se le dotó teóricamente con casi 100 millones de euros más.
Irregularidad
La
aplicación del Escuela 2.0 ha sido muy irregular. Tres comunidades
autónomas no firmaron el convenio con el Ministerio de Educación:
Madrid, Valencia y Murcia. Otras lo aplicaron de manera testimonial,
solo en algunos centros. Cataluña obligaba a los padres a pagar la mitad
del importe del ordenador. Otra gran pega de partida era que se imponía
a los profesores sin formación previa.
La
Comunidad de Madrid venía desarrollando una idea más sensata de
incorporación de pizarras digitales en los centros educativos, pero el
Ministerio, sin embargo, no lo financió porque el objetivo era dar a
cada niño «su» portátil.
Fuente: ABC.
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