domingo, 18 de marzo de 2012

El deterioro de la escuela

Muchos colegios e institutos valencianos andan soliviantados. Han salido a la calle para mostrar su indignación por los recortes. Pero la conselleria niega la mayor y sólo admite retrasos en los pagos que se solventaron en febrero. La realidad demuestra que la situación de la enseñanza pública es manifiestamente mejorable. La educación se resentía en los años de bonanza y ahora anda sobrecogida por la crisis. 
  
Un grupo de alumnos del instituto Álvaro Falomir de Almassora ataviados con mantas y zapatillas calientes antes de entrar al centro. Levante-EMV
    
LEVANTE-EMV | VALENCIA 
  
Los estudiantes valencianos no se quejan de vicio pero tampoco pasan grandes penurias. Quieren que se mantenga la calidad de la educación pública y han trasladado su protesta a la calle. El Consell, sin embargo no la ve justificada. Admite que se retrasó en el pago, pero considera que los problemas se resolvieron al saldarse la deuda en febrero. Un sucinto repaso a las carencias que arrastran muchos colegios e institutos ayuda a imaginar que la situación está lejos de ser la óptima, aunque tampoco podría hablarse de descalabro. Los impagos dejaron en una situación muy incómoda a los centros docentes. Las becas de comedor, la calefacción, la limpieza y la sustitución de las bajas peligran. Y se cuentan demasiados barracones.
 
VALENCIA
 
En este curso, no ha habido en Valencia ningún centro público que no haya podido poner la calefacción por falta de dinero. Tampoco en el instituto Lluís Vives, cuyos alumnos se manifestaron hace dos semanas por los recortes educativos en general pero no por este problema en concreto, aunque varios medios de comunicación se hayan empeñado en asegurarlo.
 
Los retrasos en los pagos de los gastos de funcionamiento a colegios e institutos por parte de la Conselleria de Educación
llegó a deber dos cuatrimestres se resolvió a mediados de febrero, cuando abonó 33 millones de euros. La limpieza en los colegios públicos, con una reducción del 12,50 % del presupuesto municipal en este capítulo, también se ha visto afectada, hasta el punto que padres de alumnos del Cervantes o del Lluís Guarner han tenido la iniciativa de acudir el sábado para realizar la tarea.
 
Las dos universidades públicas, cuyas tasas académicas subieron un 7,5% este curso, también han adoptado medidas para racionalizar el gasto y han dejado de realizar inversión nueva en edificios. En la Politècnica cobran ya por el uso de las instalaciones deportivas y en la Universitat cierran en vacaciones para ahorrar energía. Lo último ha sido el anuncio de rescindir el contrato a 375 profesores asociados y eliminar 1.111 grupos, el 10% del total. Informa Maite Ducaju.
 
L'HORTA
 
En l’Horta Nord varios ayuntamientos han tenido que gastar parte de su dinero en «parchear» los impagos del Consell. Así, en Museros, donde gobierna el PP, el consistorio ha costeado la construcción de un aula nueva para solucionar la masificación del CEIP Blasco Ibáñez. Y Almàssera, con idéntica gestión del PP, ha tenido que asumir las obras de mejora de la conducción de aguas del CEIP Carraixet, lo que ha obligado a sus más de 400 alumnos a compartir un sólo cuarto de baño durante una hora al día. Este colegio tiene más de 30 años y Educación aprobó en 2007 una ampliación que sigue sin ejecutar.
 
En Torrent, donde hasta enero era alcaldesa la actual consellera de Educación, llama la atención lo ocurrido en dos centros escolares especializados en niños con algún tipo de discapacidad. La Encarnación, donde alumnos ciegos y con otras deficiencias estudian desde hace más de cinco años en barracone; y el Molí, que constantemente denuncia falta de monitores. En Alaquàs, el colegio Cremona tiene medio millar de alumnos que estudian en aulas prefabricadas y que han tenido que ser desalojados cuatro veces en dos años por destrozos y deterioro. Por su parte, Paiporta espera desde hace dos años el derribo de un colegio que tuvo que ser desalojado y la construcción del nuevo CP Rosa Serrano. Informan V. C. M y L. S.
 
REQUENA-UTIEL-BUÑOL
 
Un problema generalizado en los institutos de las comarcas del interior es el pago de los bono-libros y los bonos de comedor que no se han pagado a muchos alumnos. Ninguno ha sufrido cortes de luz o calefacción. No obstante, la mayoría de los institutos tuvo que recurrir a sus ahorros para pagar la factura del gasoil.
 
Centros de reciente construcción, como el IES de Buñol y el Oleana de Requena, sufren carencias derivadas de defectos de construcción sin resolver. En el caso de Buñol los problemas del equipo de climatización se traducen en temperatura de entre 8 y 10 grados en algunas zonas.
 
En el Oleana de Requena los retrasos en el pago de la administración valenciana provocaron un déficit de unos 12.000 en el centro. Y en el IES Alameda de Utiel tuvieron que bloquear las cuentas.
 
El recorte en el presupuesto ha provocado la desaparición, en el IES 1 de Requena, del programa de diversificación curricular destinado a refuerzo de alumnos con dificultades en el estudio. Fuentes del mismo aclaran que, gracias a este servicio, entre un 10 y un 20% de los alumnos que estaban en ellos conseguían sacar adelante sus estudios. Informa José Ferrer.
 
LA VALL D'ALBAIDA
 
Los alumnos del IES José Segrelles de Albaida llevaron mantas a las aulas durante varios días al quedarse sin calefacción en plena oleada de frío siberiano. El AMPA de la Vall señaló que el instituto no tenía dinero «ni para fotocopias» y que los tóners de las impresoras estaban vacíos por la falta de dinero. Alumnos de FP del IES Pou Clar de Ontinyent también han tenido que combatir el frío en las clases. En el instituto Les Foies de Benigànim, los alumnos estuvieron un mes sin profesor de Economía al no cubrir la baja el Consell. Informa S.G.
 
LA MARINA ALTA
 
Las deficiencias educativas en la Marina Alta vienen de lejos. Los alumnos del tercer instituto de Dénia estudian desde hace seis años en un centro provisional de barracones. La asociación de madres y padres de alumnos reivindica la construcción del nuevo edificio tras comprobar que aulas prefabricadas se inundan cuando llueve con intensidad. La provisionalidad fue creciendo hasta sumar tres plantas de barracones (hecho insólito y tan criticado que la conselleria desmontó el último piso). En Navidad, por fin, llegó la esperada adjudicación del nuevo instituto, cuyas obras ascienden a seis millones de euros. Pero semanas después la empresa adjudicataria, Cleop, entró en preconcurso de acreedores. Los padres estudian convocar otra manifestación. También el IES Maria Ibars lleva tiempo reivindicando las obras de ampliación. El centro tiene 12 barracones y los primeros se instalaron hace ya 13 años. Pero incluso los centros nuevos, como el IES Enric Valor de Pego, tienen problemas. Hasta ahora no ha funcionado la calefacción.
 
Entre los colegios es difícil encontrar alguno que no tenga un achaque. Hace cuatro años la conselleria clausuró la antigua escuela de la Xara. Los estudiantes iniciaron el siguiente curso en un centro provisional de barracones, y allí siguen. De las obras del nuevo colegio no se sabe nada. Mientras, los colegios Verge Pobra de Xaló y el Graüll de Xàbia tienen 50 años de antigüedad y sufren un sinfín de deficiencias. En el primero, la calefacción funciona mal desde hace años. El Graüll está masificado y cuenta con aulas prefabricadas; no tiene gimnasio ni comedor escolar en condiciones. Hay alumnos en la comarca que estudian más años en un barracón que en un aula convencional. Informa Alfons Padilla.
 
LA SAFOR
 
Los recortes se visualizan no sólo en la falta de presupuesto para atender la calefacción, como ocurre en el instituto Vall de la Safor de Villalonga o Jaume II de Tavernes de la Valldigna. La mayoría de los centros ha tenido que pedir dinero a las asociaciones de padres incluso para disponer de papel higiénico, como ocurre en el de Villalonga. Tanto en este centro como en el Tirant lo Blanc de Gandia y en el Joan Fuster de Bellreguard hay profesores que se han jubilado y no han sido sustituidos.
 
En Gandia, tres de los cuatro centros de Secundaria, el Tirant lo Blanc, el Maria Enríquez y el Ausiàs March, esperan los proyectos de ampliación que se anunciaron hace años. Cuando llueve hay aulas del Ausiàs March que no pueden utilizarse, y en el Tirant se han tenido que habilitar espacios en antiguos talleres para dar clases.
 
En centros de primaria, el panorama aún es peor. Los colegios de la Font d’en Carròs, Piles, Ador-Palma de Gandia y Simat de la Valldigna siguen sin reformarse. El de Piles ni siquiera reúne las condiciones de seguridad mínimamente exigibles para un centro educativo y los padres se vienen manifestando desde hace años.
 
En Gandia las reformas para adaptarse a las actuales necesidades educativas están pendientes en los colegios Cervantes, Sant Francesc de Borja y Montdúver. El colegio Josep Camarena está integrado únicamente por barracones. Las deficiencias llegan a tal extremo que, en la pasada legislatura, el Ayuntamiento de Gandia se brindó a adelantar el dinero a la Generalitat para mejorar la larga relación de centros educativos que funcionan en precario, pero el Consell no llegó a contestar.
 
LA RIBERA

En la Ribera la situación se ha aliviado con el pago del primer cuatrimestre de 2011 pero decenas de centros siguen con el cinturón bien sujeto. La buena climatología ha posibilitado que no sea necesario racionalizar la calefacción como sucedió en l’Alcúdia, Carcaixent o Càrcer. Las penurias económicas de los centros de primaria y secundaria son generalizadas y muchos trampean trasvasando fondos de otras partidas o del AMPA, según el responsable de secundaria del Stepv, Miquel Llàtzer. En el colegio de primaria Ribalta de Algemesí se les comunicó a los padres y madres que debían sufragar gastos del comedor para no tener que cerrarlo. Informa Carles Senso.

El frío hace mella en los centros docentes de Costera y la Canal
 
La ola de frío siberiano coincidió en la Costera y la Canal con cortes de suministro en la calefacción de diversos centros, por los impagos del Consell. En el CEIP Eduardo López Palop de Enguera, una avería en la caldera -ya subsanada- afectó a decenas de alumnos de entre 3 y 5 años. La falta de fondos del ayuntamiento retrasó la reparación varias semanas y el centro decidió utilizar estufas eléctricas. El AMPA denuncia, además, que la Generalitat adeuda 90.000 euros en becas de comedor. Docentes del instituto de la localidad se llevaron a las aulas estufas de casa, dado que el IES se quedó sin fondos para pagar al proveedor. Tras abonarse los atrasos la situación vuelve poco a poco a la normalidad. En el Centro de Educación Especial Pla de la Mezquita de Xàtiva la Generalitat ha reducido un 50% el número de educadores que atienden a los alumnos discapacitados de la escuela y plantea suprimir una unidad el próximo curso, pese a que las aulas están saturadas. El Centro de Formación Profesional La Costera, de la misma ciudad, denunció que la falta de fondos ha provocado carestía del material utilizado en los cursos –«no tenemos ni para taladros», censuró el claustro de profesores. S. G. Xàtiva
 
Los padres pagan las nóminas de los docentes
 
La enseñanza pública en El Camp de Morvedre arrastra, desde hace años,  deficiencias importantes en algunos centros a las que recientemente se han sumado otros problemas: Los derivados de los continuos retrasos en los pagos por parte de la Conselleria de Educación. El CEIP Vilamar del Port de Sagunt se vio obligado a pedir a los padres 2 euros por alumno para poder conservar su aula de informática. El centro, con tan solo 100 euros en caja, no podía hacer frente a los 700 euros que exigía el seguro del aula, por lo que pidió ayuda a los padres. Por otro lado, una treintena de niños del  CEIP Joaquín Rodrigo del Port de Sagunt no han podido recibir este año servicio de comedor por falta de un aula adecuada. Además, centros como el de educación especial de Sant Cristòfol o los colegios como la Pinaeta o Baladre, que tienen todos sus alumnos becados en el comedor, se encuentran en una situación económica delicada por no haber recibido aún el importe de esas becas.
 
Los retrasos en el Sant Cristòfol llevaron a que,  hace unas semanas,  toda la comunidad educativa de la comarca realizara una protesta en el centro en la que se donó material de forma simbólica. Sin embargo, lo recaudado fue a parar al centro ocupacional anexo, también para discapacitados; un edificio dependiente de la Conselleria de Bienestar Social donde los padres de alumnos tuvieron que pagar las nóminas el pasado mes de enero a los 15 profesores, a los que la administración adeuda febrero.
 
En cuanto a las infraestructuras, el parvulario en Sagunt sigue sin llegar. En Benifairó de les Valls se han tenido que habilitar aulas hasta en el vestíbulo. En Quartell, instalaciones obsoletas como el cuadro eléctrico dificultan las clases día a día en un colegio. Txema Campos. Sagunt.

Fuente: Levante.

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